Este paraje de Chubut, que antiguamente fue un pueblo con muchos habitantes, lleva un nombre vinculado a múltiples historias y leyendas.
La historia de Cajón de Ginebra Grande comienza a mediados del siglo XX, cuando un español que tenía familia en la Patagonia solicitó un puñado de terrenos.
Pero, si bien en la actualidad solo queda un edificio que funciona como un paraje para viajeros, su nombre aún sorprende a muchos aventureros.
Y, como si no bastara con el debate sobre este pueblo, a pocos kilómetros se encuentra Cajón de Ginebra Chico.
El actual paraje Cajón de Ginebra Grande se encuentra en el corazón de la meseta patagónica, sobre la Ruta Nacional 25 que cruza el sur de la provincia de Chubut, desde Trelew, a pocos pasos del mar, hasta Tecka, en donde se encuentra con la Ruta Nacional 40, a los pies de la Cordillera de los Andes.
Debido a la cantidad de kilómetros, este paraje ha sido desde siempre un punto ideal para descansar, comprar comida e incluso hasta pasar la noche.
Sin embargo, a pesar de que hoy se mantiene en pie, el paisaje ha cambiado mucho con los años. Es decir, antiguamente en la zona había un grupo de viviendas, una escuela y otros comercios que asistían a los viajeros.
A pesar de que este pueblo no tiene una fecha de fundación exacta, antiguos registros indican que en 1880 muchos trabajadores circulaban por la zona para trasladar mercadería entre el valle 16 de Octubre y el valle inferior del río Chubut.
Y, como las travesías podían durar varias semanas, con el paso del tiempo se inauguraron locales a mitad de camino para abastecer a los viajeros.
Uno de los primeros sitios en abrir fue un almacén de ramos generales llamado “Los Mellizos” en 1908, que funcionó como centro de provisiones.
Al poco tiempo, en 1922, el pueblo siguió creciendo e inauguró la Escuela Nacional Nº64, a la cual asistían al menos 20 niños.
Finalmente, los años pasaron y muchos de estos establecimientos cerraron sus puertas. Pero, sobre la Ruta Nacional 25, aún sigue presente un antiguo paraje con 100 años de antigüedad que todavía asiste a los viajeros que lo visitan.
Algunos pueblos de Argentina tienen nombres con orígenes desconocidos, pero, en el caso de Cajón de Ginebra Grande, sucede lo contrario.
La hipótesis más certera indica que un cajón de ginebra cayó de un carro en plena travesía y se convirtió en un punto de referencia.
Y, por otro lado, la misma historia narra que años más tarde otro cajón pequeño de ginebra se estrelló contra el asfalto en las inmediaciones del pueblo y, por tal motivo, aquella zona fue denominada Cajón de Ginebra Chico.
Finalmente, la segunda hipótesis indica que este producto era comercializado por los diferentes almacenes de la época y, debido a que en el sector más poblado del pueblo había más demanda que en el otro, plantearon los nombres.
Es decir, donde dejaban más cajones era Cajón de Ginebra Grande y, en el sitio que tenían menos pedidos, era Cajón de Ginebra Chico.
Los registros históricos indican que el fundador del lugar se llamaba Mauricio Fernandes. Era español y había llegado desde su país con intenciones de trabajar en Neuquén y visitar algunos de sus familiares que residían en la zona.
Pero, con el tiempo, sus planes cambiaron y adquirió junto a su mujer los terrenos que posteriormente se convirtieron en Cajón de Ginebra Grande. Allí vivió gran parte de su vida y fue el lugar en donde tuvo a sus 8 hijos.
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