“Camila” fue la icónica película que retrató la historia real de dos jóvenes enamorados, quienes fueron fusilados por orden de Juan Manuel de Rosas, el denominado “Restaurador”, considerado un líder, para algunos, y un tirano, para otros.
El largometraje, dirigido por María Luisa Bemberg y protagonizado por Susú Pecoraro e Imanol Arias, estuvo nominado al premio Oscar en el rubro mejor película extranjera. Se estrenó el 17 de mayo de 1984 y fue visto por dos millones de personas. Además, Pecoraro obtuvo el premio a la Mejor actriz en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en 1985. El elenco estuvo integrado también por Héctor Alterio, Boris Rubaja, Elena Tasisto, Juan Leyrado, y Claudio Gallardou, entre otros.
A lo largo de la película, ambientada en el siglo XIX, se recrea la historia de amor entre Camila, la joven perteneciente a una familia aristocrática porteña, y Ladislao Gutiérrez, un sacerdote que había llegado a la capital desde la provincia de Tucumán.
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Un amor prohibido
Camila era una joven perteneciente a la aristocracia porteña, símbolo de la juventud educada de la época, mientras que Ladislao era oriundo de Tucumán y sacerdote de Nuestra Señora del Socorro, la parroquia a la que ella concurría.
A medida que el tiempo pasaba, el amor entre ellos crecía. Sin embargo, más allá de todos los prejuicios, de todas las prohibiciones, los enamorados, llevados por su deseo de estar juntos, escaparon hacia el norte a mediados de diciembre de 1847. Huyendo a caballo, primero llegaron a Luján y luego siguieron camino hasta localidad de Goya, provincia de Corrientes, donde se asentaron. Una vez allí, cambiaron sus nombres por los de Valentina Desan y Máximo Brandier y abrieron la primera escuela del lugar, lo que los convirtió en personas muy queridas entre los pobladores. Mientras, el propio padre de Camila ya la había denunciado ante el Restaurador. La dicha terminaría cuando, meses más tarde, un sacerdote irlandés, de paso por el lugar, los descubre y los denuncia ante las autoridades.
Por esa época, Goya era un territorio gobernado por opositores a Rosas. Cuando la novedad se conoció, muchos acusaron al propio Rosas de haber permitido esa situación, cuestión que resultaba más grave por ser Camila amiga íntima de Manuelita, la hija del gobernador de la provincia de Buenos Aires.
La pareja fue encarcelada el 16 de junio de 1848 y trasladada a una cárcel en Santos Lugares (hoy San Andrés) en la provincia de Buenos Aires. Allí permanecieron en celdas separadas, esperando la decisión de Juan Manuel de Rosas. Cuando fueron interrogados, ninguno mostró arrepentimiento en sus declaraciones. Camila fue acusada de mala reputación y Ladislao de haber violado los votos de castidad.
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Los sectores opositores al régimen rosista utilizaron el hecho para denunciar la falta de moral mientras que la iglesia se mostró escandalizada. Frente a esto, Rosas probablemente sentía una afrenta a su autoridad, por lo que ordenó la sentencia de inmediata ejecución de la pareja
Finalmente, son fusilados en la mañana del 18 de agosto. Camila estaba embarazada y tenía tan solo 20 años; Ladislao, 24.
Camila y Ladislao fueron víctimas no solo de los prejuicios de la época, de la doble moral y de la hipocresía de una sociedad que señala con el dedo a algunos mientras tolera en silencio situaciones realmente graves, sino también de las luchas de poder y de los intereses políticos del contexto. El único “delito” que habían cometido fue haberse enamorado. El arrojo de animarse a vivir su historia de amor lo pagaron demasiado caro.