Juan Manuel de Rosas nació el 30 de marzo de 1793 en Buenos Aires y fue un estanciero, militar y político que gobernó dos veces esa provincia entre 1829 y 1832, y entre 1835 y 1852. En su segundo mandato consiguió la “suma del poder público” mediante la cual el ejercicio de los tres poderes del Estado recaerían en su persona.
Rosas tuvo una participación durante las Invasiones Inglesas, defendiendo en el regimiento de Migueletes de Caballería. Luego de ese hecho, regresó al campo y se mantuvo alejado de los sucesos de la Revolución de Mayo.
En marzo de 1813 se casó con Encarnación Ezcurra, quien sería su compañera en la vida y en la política. Con la ayuda de ella, gobernó con mano rígida, la Sociedad Popular Restauradora y un grupo armado de adherentes a su causa llamado La Mazorca. Durante ese período se destacó su defensa de la soberanía argentina frente al bloqueo promovido por Francia e Inglaterra, que tuvo su momento más álgido en la Batalla de la Vuelta de Obligado.
El año 1820 es cuando Rosas empieza a incursionar activamente en la política, al apoyar la candidatura de Martín Rodríguez a la gobernación de Buenos Aires. Después, el derrocamiento de Dorrego y su posterior fusilamiento por parte de Lavalle, vuelve a colocar a Rosas en el primer plano de la escena política. Luego de varias idas y vueltas, finalmente Rosas es proclamado como Gobernador de Buenos Aires en 1829 y la sala de representantes le otorga facultades extraordinarias y el título de Restaurador de las Leyes.
Durante su mandato, Rosas estuvo apoyado por el sector terrateniente ya que éstos querían mantener su privilegios como estancieros. Los grupos dominantes porteños también simpatizaban con Rosas porque no estaban dispuestos a compartir las rentas de la aduana con el resto de las provincias.
Por su defensa de los intereses de la Nación, el General José de San Martín entregó a Rosas el sable que había usado en las guerras de la Independencia.
En 1852 fue derrotado por Urquiza y tuvo que entregar el gobierno y marchar al exilio en Inglaterra, donde murió en la ciudad de Southampton el 14 de marzo de 1877.
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La Vuelta de Obligado
Tuvo lugar el 20 de noviembre de 1845. En ese combate la Confederación Argentina hizo frente a la invasión del territorio por parte de una flota anglo-francesa.
La flota anglo-francesa inició las acciones capturando las naves argentinas y tomando la isla Martín García. Después remontó el Paraná y se dirigió a las provincias del Litoral. En el amanecer del 20 de noviembre atacó a unos lanchones argentinos que estaban patrullando la zona, y luego siguió avanzando hasta pasar frente a las baterías de Mansilla. Allí recibió fuego a granel desde las dos orillas, lo que detuvo su avance durante un buen rato. Pero la respuesta de los invasores fue tremenda y terminó minando lentamente la resistencia de los defensores. No todo el combate fue naval, ya que los europeos hicieron desembarcar a dos batallones, contra los cuales cargó la caballería criolla.
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La flota anglo-francesa, finalmente, sorteó todos los escollos y dispersó a los defensores. A medida que los invasores navegaban, los pobladores de las diferentes localidades los atacaron. Con el transcurrir de los días, pudieron colocar algunas de las mercaderías que traían para vender en Corrientes, que estaba enfrentada con Buenos Aires. Sin embargo, la mayor parte de la mercancía quedó en sus bodegas y la tuvieron que llevar de regreso a Montevideo. El bloqueo de Buenos Aires continuó un tiempo más, hasta que se llegó a un arreglo diplomático con Francia en 1849 y luego a otro con Inglaterra en 1850. No fue fácil, pero el gobernador Juan Manuel de Rosas mantuvo su postura de no abrir el paso por los ríos interiores y tanto Inglaterra como Francia reconocieron la soberanía argentina sobre el río Paraná.
