Se lanzó en 1965, recorre un sector puntual dentro de las instalaciones de la NASA en Estados Unidos y tiene un total de 18 motores. Su consumo es de 296 litros de combustible por kilómetro recorrido.
El título al vehículo terrestre autopropulsado más grande del mundo es para el transportador de orugas, también conocido como Crawler-Transporter, que recorre las instalaciones de la NASA en Estados Unidos desde su lanzamiento, en 1965.
Esta máquina gigantesca, que al momento de su estreno fue el medio de transporte terrestre de mayor dimensión de la Tierra, está valuada en 14 millones de dólares estadounidenses.
Y, a pesar de contar con 18 motores, que aportan más de 1.000 caballos de fuerza cada uno, el vehículo terrestre autopropulsado más grande del mundo es extremadamente lento.
El vehículo terrestre autopropulsado más grande del mundo, que se utilizó desde 1981 y hasta 2011 para el traslado de numerosos transbordadores espaciales, es gigante.
Por lo tanto, antes de conocer más detalles de su historia, es relevante mencionar que la máquina tiene:
Durante la época dorada de cada Crawler-Transporter, la máquina se utilizó para completar un recorrido de 5,6 kilómetros de distancia, entre el edificio de ensamblaje de vehículos de la NASA (VAB) hasta el espacio de lanzamiento y viceversa.
Si bien, a simple vista, es una distancia corta, no lo es para el vehículo terrestre autopropulsado más grande del mundo, que demora aproximadamente 5 horas en recorrerla.
Además, un detalle no menor es que, para organizar un viaje de estas características, es necesario la intervención de 30 especialistas, entre los que hay ingenieros, técnicos y controladores.
Uno de los trabajos más importantes de dicha tarea es el que asumen las personas que se ubican en las dos cabinas de control, emplazadas en las esquinas de la máquina. ¡No se pueden distraer nunca!
El vehículo terrestre autopropulsado más grande del mundo se mueve gracias a la fuerza de 16 motores de tracción, impulsados por cuatro generadores de 1.341 caballos de fuerza cada uno, que también funcionan gracias al movimiento de otros dos motores diésel de 2.750 caballos de fuerza cada uno.
Pero, debido a su peso y sus dimensiones, la enorme potencia de la máquina permite que se desplace a una velocidad promedio de 1,6 kilómetros por hora (cuando está cargada) y a una máxima de 3,2 kilómetros por hora (que solo se logra si está vacía).
Como era de esperar, la abundancia de motores conlleva un gasto increíble de combustible. Especialistas aseguran que cada Crawler-Transporter de la NASA, que ya transitaron más de 5.500 kilómetros a lo largo de su historia, consumen cerca de 296 litros de diésel por kilómetro recorrido.
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