Representan uno de los diseños más antiguos en la historia de la arquitectura, por lo cual es difícil decir con exactitud en qué año nacieron las primeras escaleras.
Pensamos en sus inicios como elementos puramente funcionales que permitían diseñar edificios y palacetes de varias plantas. Pero incluso antes de esta funcionalidad servían con fines mucho más rudimentarios.
Las primeras escaleras
Los primeros prototipos se remontan al año 6.000 a. C. y, como mencionamos, cumplían una función básica, bastante distinta a la actual.
Las primeras escaleras en la historia fueron troncos de madera ubicados de forma conjunta, cuyo propósito fue superar las dificultades e irregularidades que presentaba el terreno. Por ejemplo, atravesar valles o montañas en aquél momento suponía una aventura complejizada por las condiciones del piso: entre barro, piedras, desniveles, hiedras y demás, las travesías se tornaban peligrosas y sobre todo muy, muy lentas.
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Un camino sólido hacía la diferencia entre la vida y la muerte. Era sumamente importante transitarlo con rapidez; de ahí la relevancia de las escaleras.
Recién unos pares de miles de años después, cerca del año 55 a. C., aparecieron las primeras escaleras que quizás se asimilan más a aquellas de nuestro presente.
La historia detrás
Las escaleras más antiguas y parecidas a las que conocemos en la actualidad fueron construidas por los antiguos egipcios y mayas para escalar sus pirámides, así como la sociedad china.
La primera escalera de granito se encontró, justamente, en China. Conducía a una montaña sagrada en Tai, al Este del país. Esto nos indica que una de los primeros usos que se le dio a las escaleras fue probablemente para fines religiosos: un camino al cielo.
Más tarde, en la Edad Media, las escaleras tuvieron una función militar o estratégica, sobre todo las de caracol, típicas de los castillos. Con la llegada del Renacimiento, aquellas rectas de piedra se convirtieron en la norma, seguidas de los opulentos y curvilíneos tramos del Barroco.
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Cuando los ascensores se generalizaron a principios del siglo XX, las escaleras quedaron relegadas a un segundo plano y el hormigón se convirtió en el material preferido para construirlas.
