Conocé la respuesta a esta curiosa pregunta que seguramente alguna vez te hiciste.
¿Por qué preguntarnos por el veneno? Porque desde que el ser humano existe y tiene razón, su vida está constantemente llena de preguntas. Los mayores descubrimientos de la humanidad surgieron de fenómenos que, al menos a primera vista, resultaban contradictorios.
El veneno lleva en sí una evidente contradicción. Cierta adorada película argentina la puso en el centro de una de sus subtramas, plantándonos la duda de si el veneno es más peligroso después de vencido o, por el contrario, si pierde su capacidad de hacer daño una vez pasada su fecha de caducidad.
Hay que empezar la resolución de esta duda aclarando que no hay una única respuesta. Sí hay una que abarca la mayoría de los casos, pero no es la única.
Esto es porque el concepto de veneno es tremendamente variable. Según la RAE, este se define como "una sustancia que, introducida en un ser vivo, es capaz de producir graves alteraciones funcionales e incluso la muerte".
Como podemos ver, se trata de un concepto muy general. Para responder la pregunta de la forma más verídica posible necesitamos saber:
Sin embargo, como mencionamos, hay una respuesta que puede orientarnos en la gran mayoría de los casos.
¿Por qué el veneno es -valga la redundancia- venenoso? La respuesta la encontramos en sus toxinas.
Las toxinas son compuestos producidos por seres vivos o de forma sintética con una función específica: desfigurar el intercambio de sustancias vitales entre células y órganos.
Las toxinas ocupan el lugar de sustancias vitales -como proteínas, minerales, ácidos grasos- ya que tienen las mismas propiedades que estos. A modo de engaño, la ocupación hace que las células tomen estos compuestos tóxicos en lugar de los compuestos vitales. Al descomponerlos, las células obtienen elementos para los que no están preparadas.
La célula muere a causa de este intercambio estilo "caballo de Troya". Cuando muchas empiezan a morir, el ser vivo sufre la intoxicación típica que causa el veneno.
Si un veneno caducó, las toxinas que le dan su poder pueden haberse descompuesto o degradado. Con ello pierde las propiedades químicas que habilitan el "engaño" a las células, lo que lo hace menos efectivo.
Muchos venenos orgánicos -como la gran mayoría de los herbicidas e insecticidas- se descomponen con el tiempo y eventualmente pierden su toxicidad, es decir, se hacen menos venenosos.
Esto implica que se necesitaría una dosis mayor para conseguir el mismo efecto que tenía previo a vencer. Igual, el veneno no es tan sensible como otros productos -por ejemplo, los lácteos- respecto a su fecha de caducidad. Habría que esperar años, décadas más bien, antes de que perdiera su efectividad completamente. El veneno seguirá siendo veneno aunque esté menos potente.
Esto es sumamente importante, ya que está muy difundida la idea de que el veneno deja de ser dañino una vez que vence. Y esto no es lo único: por el contrario, hay ciertos venenos orgánicos que, a medida que se descomponen, se transforman en sustancias más venenosas todavía. La respuesta no es uniforme, pero el cuidado ante cualquier tipo de sustancia tóxica sí tiene que serlo.
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