Se diseñó en 1883, representa a una batalla que ocurrió en Estados Unidos y se convirtió en una famosa pieza de museo.
Al momento de hablar sobre arte, hay quienes prefieren los cuadros pequeños, para colocar sobre un mueble, y nunca faltan los fanáticos de los grandes, ideados para cubrir una pared. Sin embargo, en ninguno de los casos se debería incluir al llamado “Batalla de Gettysburg”.
Esta gigantesca pieza, ubicada en un museo de Estados Unidos, se diseñó en 1883 y representa una de las batallas más trágicas en la historia del país.
Y, debido a su tamaño, las autoridades del museo donde se conserva el cuadro más grande del mundo, diseñó una pasarela exclusiva para que los turistas puedan apreciar cada detalle.
La “Batalla de Gettysburg” es el cuadro más grande del mundo porque desde su finalización, en 1885, nadie ha construido uno que supere sus dimensiones ni tampoco su peso.
Es decir, esta pieza gigantesca sorprende con 125 metros de longitud, 21 metros de altura y un peso final de 5.349 kilos. Es decir, cuatro veces más que un auto promedio.
Debido a sus dimensiones, el autor necesitó la ayuda de 16 personas expertas en arte, además de 2 años y seis meses para finalizar el trabajo.
El cuadro más grande del mundo es una obra de arte que se le atribuye a Paul Philippoteaux: un artista francés que nació en París, el 27 de enero de 1846, y perdió la vida a los 77 años, el 28 de junio de 1923.
Durante su carrera tuvo la oportunidad de realizar importantes trabajos artísticos, que en su mayoría seguía el mismo formato que la “Batalla de Gettysburg”: el ciclorama.
Este tipo de pinturas incluye a todos los cuadros de grandes dimensiones, que se crearon con un formato panorámico y curvo, que cambia según el ángulo de visión elegido.
Quienes sueñen con conocer el cuadro más grande del mundo, deberán viajar hasta el Gettysburg National Military Park Museum de Pensilvania, Estados Unidos, donde la obra permanece en una sala especial.
Dada su antigüedad, tamaño e importancia para el país y el mundo, la “Batalla de Gettysburg” se conserva a una temperatura adecuada, en una sala que está perfectamente preparada para recibir turistas.
Es decir, el cuadro se colocó a una distancia considerable de las pasarelas elevadas por donde circulan los espectadores, debajo de una serie de reflectores que le aportan una mística única con sus luces.
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