Delfo Cabrera fue bombero de la Policía Federal y atleta en simultáneo. En 1948 pasó a la historia por representar a Argentina en los Juegos Olímpicos y consagrarse ganador de la Maratón. Ese mismo año también fue ascendido a Cabo.
Francisco Mura, su descubridor, lo conoció en la Copa Presidente de la Nación que se realizó en Rosario en 1937. En ese entonces, lo convenció de mudarse a Buenos Aires y comenzó a entrenarlo en San Lorenzo, club donde lo formó profesionalmente. En el documental "Delfo, huellas del pueblo", se destaca que para él fue un enorme desafío jugarse el futuro por una actividad no rentada, pero que igual le hizo frente a su sueño.
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En aquella inolvidable gesta de Londres, Delfo estableció una marca final de 2:34:51 y corrió contra todos los pronósticos: sufría de un soplo al corazón, pero decidió presentarse a competir igual.
Por su logro, recibió el Diploma al Mérito de la Fundación Konex y su nombre se convirtió en una de las calles de la Villa Olímpica de la Juventud de Buenos Aires en 2018.