Eduardo Sacheri, el gran escritor de Argentina que alcanzó reconocimiento internacional por el Oscar que recibió la película El secreto de sus ojos (que él escribió), tiene también una faceta que menos personas conocen: es profesor y licenciado en historia.
El año pasado lanzó su primer libro sobre esta temática, llamado “Los días de la Revolución (1806 - 1820): una historia de Argentina... cuando no era Argentina”
Fuimos hasta el oeste del Gran Buenos Aires (a “su lugar en el mundo”) para entrevistarlo y hablar, entre otras cosas, sobre los comienzos de nuestro país…
–En tu libro mencionás varias veces el tema de cuándo se conforma nuestro país… ¿Cuándo considerás que empieza Argentina?
Creo que depende del punto de vista que tomes... A nivel de ser un estado, un país con un gobierno y una autoridad obedecida en un territorio, en 1860. Y obedecida sin quejas, en 1880. Mirá hasta dónde me estoy yendo.
A nivel de pensar: “che, yo aparte de sentirme correntino me siento argentino, y aquel es santafecino, pero compartimos que somos argentinos”, eso tal vez es anterior: en 1830 o 1840.
A nivel económico, de decir: “esto es más o menos un mercado, y lo que se produce en Catamarca circula”, en 1860 o 1870, con la llegada del ferrocarril. Fijate como te estoy dando fechas diferentes.
Tal vez en 1880 ya se puede pensar que está todo. A fines de siglo XIX vos tenés una autoridad, un mercado, un sentimiento. Pero son cosas que van cada una a su ritmo, a su velocidad. Y me parece que esta bueno desarmarlo, y después volverlo a armar. Pero, ojo: en el lapso en que transcurre este primer libro, que llega hasta 1820, en ninguno de los aspectos hay “Argentina”. En ninguno. Ahora, en la constitución que dictan en 1826 (que no sirve para nada porque no la respetan) ya se habla de Argentina. Uno puede decir: “acá ya está apareciendo”. No está apareciendo en lo político, porque no funciona. Pero sí en cómo se sienten, en cómo se piensan. Ahí ya empieza a aparecer.
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–¿Cuándo se menciona por primera vez el nombre de nuestro país?
El único lugar donde vos la vez aparecer fuerte es en el himno: “Al gran pueblo argentino, salud”.
Pero “argentino” en 1810 significa “porteño”. Que es algo que tiene lógica, porque la Revolución de Mayo sucede en Buenos Aires. Los cordobeses, nada. Los salteños, nada. Los mendocinos, ¿qué tienen que ver con la Revolución de Mayo? En todo caso, después se van involucrando.
Por eso, cuando el himno celebra al “pueblo argentino”, está celebrando al pueblo de Buenos Aires, que hizo su Cabildo Abierto y toda la milonga de 1810.
Pero esa palabrita que significa porteño, el resto de las provincias se la van a ir apropiando muy lentamente. Eso de decir: “yo también soy argentino”, es un proceso que lleva décadas.
En entregas previas hemos publicado otras partes de la charla que mantuvimos con Eduardo, donde nos adentramos en su visión sobre los sucesos del período que abarca su primer libro, sobre la argentinidad, los próceres, y el comienzo de la Argentina. Los invitamos a recorrerlas para conocer más en profundidad las ideas y opiniones de este gran escritor e historiador.
