El gran humorista pasó por nuestra redacción en su juventud, y le dio vida al famoso personaje de historieta.
Enrique Pinti pasó a la fama por su talento para crear shows de Music Hall y de Café Concert, por lo que muchos lo consideran como unos de los primeros en realizar en argentina espectáculos de Stand up. En este rubro, dirigió e interpretó espectáculos que el escribía, y también realizó adaptaciones reconocidas obras internacionales.
Sin embargo, y pese a que no es su faceta más conocida, Enrique también puso su capacidad al servicio de los más pequeños ya que trabajó en los contenidos para niños. A fines de la década del 60 comenzó a vincularse con el público infantil cuando creó la obra teatral Mi bello dragón, que se estrenó en 1968.
Fue en ese contexto que Pinti se incorporó al equipo de Billiken en 1970. Según el mismo lo contó en una entrevista con Juan Forn, “Llegué a través de Canela, la conductora de programas infantiles y culturales de la TV”. Para la revista Billiken era un momento complejo por la aparición de nueva competencia y “los capos de Editorial Atlántida querían un personaje emblemático que se convirtiera en símbolo de la revista y le permitiera recuperar el liderazgo (…)”.
“Eligieron al Mono Relojero, que era un personaje de los cuentos para niños de Constancio Vigil. Cuando me preguntaron si podía hacer un guión de historieta a partir del cuento, yo dije que la historia no me servía (…) Así que me senté en un bar a pensar y le inventé una familia al Mono: los padres, Monona y Monigote (que eran unos gorilas perezosos y muy de su casa), la abuela Mona Lisa (que era una loca divina, totalmente irresponsable y cómplice del Mono en todas sus aventuras) y dos hermanitos menores, Monopatín y Monina (que eran bastante tontitos).”
“Cuando dije en Atlántida que le había inventado una familia (…) dijeron que eso era exactamente lo que necesitaban. Y empecé a trabajar (…) La abuela Mona Lisa tenía un reloj mágico en la casa (por eso el Mono era Relojero), que era una especie de túnel del tiempo. Al dar la hora, en vez del cucú salía, por ejemplo, un filibustero y entonces el Mono y la abuela vivían una aventura de piratas. Los llevé por todos lados y todas las épocas: estuvieron en Londres, con el Doctor Jekill y Míster Hyde, en París durante la Revolución Francesa, en la pampa con gauchos e indios, y un montón de aventuras más”.
Enrique continúa con los detalles sobre su trabajo en Billiken: “Escribía los guiones cuadro por cuadro y los hermanos Fernández Branca se encargaban de dibujarlos. Funcionábamos maravillosamente en tándem. Tanto que Billiken empezó a vender más y más, y el Mono se convirtió efectivamente en un símbolo de la revista y llegó después a la televisión”.
El paso de Pinti por las páginas de nuestra revista duró de 1970 a 1973. Así fue como Billiken tuvo el honor de contar en su equipo con uno de los cómicos más brillantes de nuestro país. A continuación, compartimos con ustedes una de las historietas escritas por Enrique Pinti, que fue publicada en la edición 2782 de Billiken el 7 de mayo de 1973.
Investigación: Dra. Lauren Rea
Cada 29 de abril se celebran y conmemoran fechas que marcaron un antes y un…
A pesar de que aún queda mucho por explorar, a mediados de 1990 un astrónomo…
Las alpargatas forman parte, sin dudas, del ADN argentino. Junto con el mate y comidas…
Aunque muchas personas lo ignoran, la montaña más alta de América Central es un enorme…
La adrenalina de romper récords de velocidad ha sido una sensación que está presente en…
De todas las lenguas que hay en el mundo (más de 7.000), hay un reducido…