Se encuentra al sur del país, tiene una capacidad máxima de 12.000 espectadores y fue inaugurado en el año 350 a. C.
De todos los edificios históricos que hay en Grecia, uno de los más impactantes es el teatro Epidauro, ubicado cerca de la ciudad homónima, en el extremo sur de esta nación.
Gracias a las intensas investigaciones realizadas en el lugar, se llegó a la conclusión que dicho establecimiento tiene una capacidad máxima de 12.000 espectadores y ofreció cientos de espectáculos a partir del año 350 a. C.
Sin embargo, el teatro Epidauro perdió su popularidad y desapareció bajo la naturaleza durante cientos de años, hasta que un viajero inglés lo redescubrió a mediados del siglo XIX.
Los historiadores que han frecuentado el teatro Epidauro para estudiar sus leyendas, confirman que el establecimiento se inauguró hace 2373 años, luego de un periodo de construcción que demoró dos décadas.
La intención de su diseño, que probablemente lideró el arquitecto y escultor Policleto el Joven, era lograr una acústica perfecta y ofrecer un amplio recinto para albergar las Asclepeia: un evento clásico con el que se buscaba rendir honor del dios médico Asclepio.
Durante esta fiesta, que se organizaba una vez cada cuatro años, miles de espectadores tenían la posibilidad de presenciar números de gimnasia y shows musicales.
Y, si bien su popularidad era muy alta, el sitio quedó en desuso, sufrió algunos saqueos y permaneció gran parte de su historia cubierto por la naturaleza, en un sector desconocido para las nuevas generaciones.
Debido a los múltiples cambios que sufrió esta zona de Grecia, el teatro Epidauro pasó de ser un recinto emblemático a un lugar olvidado, que sufrió dos invasiones importantes:
Sin embargo, ninguno de los dos ataques mencionados ni tampoco el paso del tiempo han repercutido gravemente en la estructura, que se mantuvo en excelentes condiciones hasta el presente gracias a su resistente cobertura con pinada.
Entonces, debido a esta tendencia, el teatro Epidauro sobrevivió por su cuenta hasta principios del siglo XIX cuando el viajero inglés W. Gell reveló los planos del establecimiento.
Finalmente, luego de que Grecia firmó su independencia en 1822, en un lugar muy cercano a este recinto histórico, se planificaron distintos trabajos de excavación que iniciaron en 1881 y estuvieron a cargo de la Sociedad Arqueológica.
De esta manera, esta primera restauración se complementó con otros trabajos similares, organizados entre 1907 y 2016, mediante los cuales se le devolvió el glamour a este teatro, identificado como el mejor conservado de toda Grecia.
Además de su enorme capacidad, el teatro Epidauro sorprende con su acústica perfecta, que es más avanzada que la existente en muchos recintos modernos, cargados de tecnología.
Según los expertos, este factor es tan fino que los espectadores que se sentaban en las butacas más alejadas, podían escuchar perfectamente lo que se susurraba en el escenario, en tiempos donde no había micrófonos y altavoces.
Es por eso que, a pesar de su antigüedad, durante el siglo XXI decenas de artistas se han presentado en el teatro para brindar un espectáculo histórico en este recinto, que también:
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