No se sabe a ciencia cierta cuándo comenzó la creencia en la existencia del “Hombre lobo”, pero lo cierto es que la leyenda está presente en todos los relatos folclóricos del mundo.
La leyenda del “Hombre lobo”
Cuenta la leyenda que todos los séptimos hijos varones se transforman en “Hombres lobos” cuando sale la Luna llena. Lo mismo ocurre con aquellos que fueron mordidos por un “Hombre lobo”. Se mantienen como tales durante unas horas y actúan con ferocidad y sigilo hasta que, más tarde, vuelven a la normalidad. A veces recuerdan el momento de su transformación, y otras no. No obstante, mientras no tienen la forma de “Hombres lobos” conservan ciertas características especiales. Por ejemplo, son bastante velludos y sus sentidos están más desarrollados que en el resto de los mortales (especialmente el del olfato). Además cuentan con una salud y una condición física excelentes.
La leyenda en las sociedades contemporáneas
La creencia en que el séptimo hijo varón de cada familia se convierte en “Hombre lobo” estuvo tan arraigada en una época, que esos niños eran abandonados al nacer. Para que no quedaran desamparados, en algunos países —como Argentina— existe la costumbre de que el presidente de la Nación los apadrine. En el folclore argentino se lo conoce con el nombre de “Lobizón”.
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