“La sonda irá al espacio interestelar local desconocido, donde la humanidad nunca ha llegado antes”, comenta Elena Provornikova, líder de heliofísica de la sonda interestelar del Laboratorio de Física Aplicada en la Universidad de Johns Jopkins. Esto permitirá fotografiar la heliosfera desde el exterior para ver cómo se ve nuestro hogar en el sistema solar. La misión, que se llama “Interestellar Probe”, consiste en el viaje de la sonda a mil unidades astronómicas del sol. De esta manera, la NASA busca saber cómo se formó nuestra heliosfera local y cómo evoluciona.
En la década del 70 fueron lanzadas las naves espaciales Voyager I y Voyager II, ingresando al espacio interestelar en 2012 y 2018. Estas naves alcanzaron el límite de la heliosfera y descubrieron el borde de la burbuja de esta zona. Esto dejó a los científicos con muchas preguntas sobre cómo nuestro sol interactúa con el medio interestelar local.
Algunos de los interrogantes que los expertos planean resolver con la misión incluyen: cómo el plasma del sol interactúa con el gas interestelar para crear nuestra heliosfera; qué se encuentra más allá de nuestra heliosfera; y cómo se ve nuestra heliosfera.
La sonda podría lanzarse en la década de 2030 y tardaría alrededor de 15 años en alcanzar el límite de la heliosfera. Un ritmo bastante rápido en comparación a las naves Voyager que tardaron 35 años en llegar hasta allí. Se espera que el diseño actual de la misión dure 50 años o más.