Brasil, al igual que muchos otros países de Latinoamérica, está repleto de mansiones históricas que se han modernizado. Una de las más emblemáticas del país se encuentra en el estado de Río de Janeiro y es conocida como el "Castillo del Barón de Itaipava”.
Esta propiedad de 100 años, se proyectó como la residencia familiar del aristócrata anglobrasileño Rodolfo Smith de Vasconcellos, en las inmediaciones del municipio de Petrópolis.
Y, a pesar de que no estaba en los planes iniciales, esta enorme vivienda se transformó en un lujoso hotel y salón de eventos de Brasil, repleto de comodidades e historias.
¿Cuándo se inauguró el Castillo de Itaipava?
Aunque no hay una fecha puntual, expertos aseguran que el castillo se inauguró entre 1922 y 1924. Por lo tanto, cumplió o está próximo a cumplir su primer siglo de historia.
Según los registros oficiales, Rodolfo Smith de Vasconcellos contrató a los arquitectos Lúcio Costa y su amigo Fernando Valentim, que estuvieron a cargo de toda la obra durante 5 años.
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En aquella época, Costa y Valentim obedecieron las reglas de Vasconcellos, que solicitó completar el diseño con materiales oriundos de Europa, que llegaban tras un largo viaje en barco por el océano Atlántico.
¿Por qué esta mansión es un “trozo” de Europa en Brasil?
El hecho de que el Castillo de Itaipava siga en pie y en perfectas condiciones, es relevante. Pero, lo que convierte a esta mansión en un sitio único, es el perfecto estado de su estructura original, construida y decorada con elementos europeos.
Entonces, para entender por qué los turistas suelen decir que este palacio es un “trozo” de Europa en Brasil, primero hay que recordar que tiene:
- Bloques de piedras oriundos de Portugal, tallados por portugueses.
- Tejados de pizarra, que llegaron desde Francia.
- Mármol de Carrara, obtenido en Italia.
- Puertas y ventanas que se sostienen sobre herrajes de Inglaterra.
- Vitrales de Austria.
¿Cuáles eran las comodidades originales del Castillo de Itaipava?
El Castillo de Itaipava, que recientemente se transformó en un hotel de cuatro estrellas, con pileta y un amplio parque donde frecuentemente se celebran eventos privados o premiaciones locales, tuvo, en sus comienzos, algunos de los lujos más excéntricos de la época.
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Es por eso que, al investigar su historia, es fácil comprobar que entre sus 42 habitaciones había:
- 19 dormitorios, de los cuales 7 eran utilizados por los hijos del primer dueño, que encargó grabados en oro con sus nombres, para colocarlos en la puerta de cada uno.
- 7 baños.
- Salones de encuentros y fiestas.
- Bibliotecas.
- Un salón de música.
- 2 torres.
- Múltiples terrazas.
- Una residencia para huéspedes.
- Galerías.
- Áreas de servicio.
Fotos - Castelo do Barão de Itaipava
