Se encuentra en el corazón del país, surgió durante una fusión de aldeas y se convirtió en una localidad muy turística.
No hay dudas de que las casas blancas de Mykonos y la histórica Acrópolis de Atenas son lugares emblemáticos de Grecia, dignos de conocer en detalle durante un viaje por el país. Pero, quienes tengan la opción, también le deberían dar una oportunidad al pueblo de Kastraki.
Esta pequeña localidad, fundada en una zona montañosa, en el centro de la nación, está rodeada por una enorme cantidad de montañas de piedra, que impactan por el extremo grado de inclinación de sus laderas.
Y, aunque son su mayor atractivo, Kastraki también resalta en el paisaje por sus bellas viviendas, la naturaleza del lugar y la historia de sus construcciones.
Kastraki es un pequeño pueblo de 1.000 habitantes, que antiguamente pertenecía al municipio de Kalabaka y que, en la actualidad, se encuentra en el centro de Meteora.
Aunque no tiene una fecha de fundación exacta, expertos aseguran que la región está poblada desde hace miles de años y que se consolidó como una urbanización cuando se fundaron las aldeas:
En aquella época también se construyó uno de los principales edificios de la región: un castillo bizantino (kastro, según la lengua local) que influyó de manera directa en el nombre del pueblo.
Esta mansión fue diseñada por Andronikos Palaiologos y se mantuvo en perfectas condiciones hasta 1392. Lamentablemente, hoy solo se conservan sus ruinas, en las inmediaciones del pueblo.
Al caminar por las calles de Kastraki, observar en detalle sus clásicas viviendas de baja altura, repletas de tejas rojas, los turistas transitan por un terreno que está a 275 metros sobre el nivel del mar.
Pero, en el caso de abandonar el casco histórico y adentrarse en la naturaleza que rodea las enormes montañas, es fácil superar, en más de una ocasión, los 1.000 metros sobre el nivel del mar.
Finalmente, aunque muy pocas personas lo han logrado, quienes logren llegar a la cima de la montaña más alta de Kastraki, estarán posicionados exactamente a 1.636 metros sobre el nivel del mar.
Además de su historia y los paisajes soñados, muchos viajeros deciden viajar a Kastraki para recorrer la gran red de senderos que comunican el centro del pueblo con los históricos monasterios de la zona.
Entonces, si bien la plaza central y su iglesia de Panagía Doúpian del siglo X se pueden visitar cómodamente en cualquier momento del año, se necesita un buen clima para disfrutar de los senderos al aire libre.
En este caso, es fundamental tener en cuenta que la temperatura promedio anual del pueblo es de 16ºC, pero que puede escalar hasta 28ºC en julio y descender a 4ºC en diciembre.
Por lo tanto, al tener en cuenta el frío que hay en el último mes del año y la cantidad de precipitaciones que se producen en el mismo periodo (149 milímetros) se recomienda visitar Kastraki entre agosto y noviembre.
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