Silvina y Victoria Ocampo han pasado a la historia de la cultura argentina por ocupar lugares importantes en los círculos intelectuales de su tiempo y por ser mujeres que se animaron a desafiar los prejuicios de la época. Movidas por su deseo de expresarse, dejaron huellas en la literatura y en las artes plásticas.
Silvina Ocampo, escritora y artista plástica
Silvina era la hermana menor de Victoria. Se destacó por la particularidad de su prosa y es considerada una de las escritoras más importantes del siglo XX. Nació en 1906 en Buenos Aires, en el seno de una familia con tradición en los círculos culturales de la época. En primer lugar, incursionó en el campo de las artes plásticas, pero luego se abocó a las letras.
Luego de varios libros de poemas publicados entre la década de 1940 y 1950, su consagración llegaría con Lo amargo por lo dulce (1962), poemario que fue considerado como uno de los mejores dentro del género lírico.
Sin embargo, la poeta se consolidaría como una gran narradora de prosa, con un estilo literario que mezclaba lo fantástico con lo policial. Su Antología de la literatura fantástica (1940), obra publicada junto con Jorge Luis Borges y su esposo Adolfo Bioy Casares, se convirtió en una pieza emblemática de su producción narrativa. Más tarde, volvió a trabajar con su esposo en la novela policial Los que aman odian (1946).
Dueña de una imaginación inagotable, su estilo se caracteriza por instalar lo fantástico en el universo cotidiano. A lo largo de su vida, ha recibido distinciones por su trabajo como el Premio Municipal de Literatura en 1954, el Premio Nacional de Poesía en 1962, el Gran Premio de Honor de la SADE en 1992 y el Premio Konex en 1984.
Sus dos últimos libros fueron Y así sucesivamente (1987) y Cornelia frente al espejo, en 1988, año cuando comenzó a aquejarla el Alzheimer, enfermedad que la dejó postrada en los últimos tiempos. Falleció el 14 de diciembre de 1993, a los 93 años y dejó una obra tan fantástica como interesante.
Victoria Ocampo, escritora y gestora cultural
Hermana mayor de Silvina, nació el 7 de abril de 1890 en el seno de un hogar acomodado. Por esa época, las familias más ricas intentaban copiar las costumbres europeas. Por eso, Victoria aprendió a hablar primero en francés y en inglés, y recién accedió al castellano como tercera lengua. De pequeña quiso ser actriz, pero sus padres consideraron que esa profesión era inapropiada para una niña de su clase. Entonces Victoria canalizó la frustración interesándose por los libros.
Siendo todavía joven conoció al pensador español José Ortega y Gasset, quien la animó a escribir. Hacia los treinta años comenzó a redactar en francés artículos para el diario La Nación, que debían traducirse para ser publicados. Desarrolló un vivo interés por el campo de las ideas y la literatura, y notó que faltaban en el país espacios de discusión y difusión de las obras nacionales y extranjeras. Así, en 1931 creó la revista Sur, sirviéndose de su fortuna para mantener la publicación. La aventura económica no le rindió ganancias, pero contribuyó a formar a varias generaciones de escritores y lectores.
Otra de las preocupaciones de Victoria era la situación de las mujeres. Promovió el debate sobre sus derechos civiles, políticos y económicos desde la presidencia de la Unión Argentina de Mujeres. Estaba en contra del gobierno de Juan Domingo Perón y en 1953 fue encarcelada. Victoria ocupaba un lugar tan central en la vida cultural que un grupo de escritores internacionales organizó una campaña para pedir su liberación.
Victoria escribió poemas, teatro, ensayos y memorias. Viajó incansablemente y marcó la vida intelectual de la Argentina. Falleció en 1979. La revista Sur se publicó hasta 1992.
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