Al viajar por Europa, muchos turistas incluyen en su itinerario una visita a los pocos sectores de Gran Bretaña donde aún se conservan piedras originales del famoso Muro de Antonino.
Esta pared, que al momento de su inauguración, en el año 142, tenía 63 kilómetros de longitud, estuvo abandonada durante largos siglos. Por lo tanto, hoy solo se conservan algunos pequeños espacios.
Finalmente, tras una amplia restauración, el Muro de Antonino se convirtió a mediados de 2003 en un Patrimonio de la Humanidad.
¿Cuál es la historia del Muro de Antonino?
El Muro de Antonino es una construcción emblemática que se diseñó bajo las órdenes del emperador romano Antonino Pío. La obra se llevó a cabo pocas décadas después de la inauguración del Muro de Adriano, también del Imperio Romano, que estaba a 160 kilómetros al sur del más moderno.
Tras un periodo de entre 6 y 12 años, el paredón se inauguró con éxito. En este momento, tenía una longitud de 63 kilómetros, entre el estuario de Forth, en la costa oriental del mar del Norte, hasta el golfo de Clyde, en la costa occidental del mar de Irlanda.
En el medio, el Muro de Antonino, que tenía una altura de tres metros y hasta cinco metros de ancho, incluía un total de 19 fuertes, diseñados para albergar enormes tropas y actuar, en caso de que sea necesario defender las tierras romanas.
¿Cuándo empezó la restauración del Muro de Antonino?
A pesar del enorme esfuerzo, el Muro de Antonino perdió popularidad dos décadas después de su estreno, a partir del año 162, cuando falleció el emperador Antonino Pío.
Desde entonces, la construcción recibió visitas parciales, hasta que quedó completamente en el olvido y, al igual que el Muro de Adriano, empezó a ser desmantelado para utilizar sus piedras en otras obras.
Pero, a diferencia del Muro de Adriano, que se conservó bastante bien con el paso del tiempo gracias a su estructura de piedra, el de Antonino quedó prácticamente destruido en pocas décadas, como consecuencia de los materiales que utilizaron para montar casi toda la obra: turba y tierra apisonada, sobre piedras pequeñas.
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En fin. Desde el siglo II y hasta el siglo XVI, prácticamente nadie volvió a mostrar interés por restaurar y/o conocer la historia de esta muralla. La motivación recién llegó en 1764, por iniciativa de William Roy, que trabajó día y noche para cartografiarlo.
Esta investigación sentó las bases para nuevos análisis, más detallados, que todavía se realizan en el lugar para intentar alcanzar las piedras históricas y conocer detalles nuevos sobre el periodo de su colocación.
¿Cómo se puede visitar esta pared del Imperio Romano?
Quienes deseen conocer los pocos espacios del Muro de Antonino que aún permanecen en pie, deberán viajar a tierras escocesas, al norte de Reino Unido.
Allí, además de apreciar estas ruinas, que son Patrimonio de la Humanidad para la UNESCO desde 2003 y que integran desde 2008 la lista de “Fronteras del Imperio Romano”, también es posible realizar visitas guiadas en los alrededores de la construcción.
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Es decir, además de la pared, el Muro de Antonino tenía un enorme foso y un sendero militar, que aún se puede divisar en la parte meridional de la construcción.