En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, muy cerca de la famosa Avenida 9 de Julio, hay una construcción enorme que es conocida como el Palacio Ortiz Basualdo y que, desde 1939, es la sede de la Embajada de Francia.
La mansión, que durante su primera década de existencia sirvió como una casa de familia, está dividida en cuatro plantas, que culminan con una cúpula lujosa que resalta entre los techos a cuatro aguas.
Y, a pesar de que no suele abrir al público, en ocasiones especiales permite el ingreso de turistas locales, nacionales e internacionales que desean conocer el diseño de su interior.
¿Cuál es la historia del Palacio Ortiz Basualdo?
El arquitecto francés Paul Pater se contactó, en los primeros años del siglo XX, con el matrimonio de Daniel Ortiz Basualdo y Mercedes Zapiola. La pareja deseaba que el profesional diseñe, para ellos, una mansión muy lujosa en Buenos Aires.
Es por eso que Pater inició sus trabajos en 1912, dentro de un pequeño terreno de 1.600 metros cuadrados (en relación a la dimensiones de la construcción pretendida) frente a la plaza Carlos Pellegrini.
Cabe destacar que el arquitecto francés era famoso en la ciudad, ya que había realizado grandes trabajos en sus inmediaciones. El más famoso es el edificio del Tigre Club, hoy conservado como el Museo de Arte de Tigre.
Sin embargo, ni su trayectoria ni las pretensiones de Basualdo y Zapiola lograron evitar que Paul Pater detenga sus labores en el Palacio Ortiz Basualdo para viajar a su país natal y luchar en la Primera Guerra Mundial.
Es por eso que la mansión de Retiro quedó en manos de Eugenio Gant Ner (socio de Pater), quien dirigió el proyecto hasta su inauguración, en 1920.
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¿Por qué el Palacio Ortiz Basualdo solo funcionó como vivienda durante 19 años?
Desde sus primeros días, el Palacio Ortiz Basualdo se convirtió en la sede de grandes eventos, así como también en una residencia de lujo disponible para recibir a personalidades emblemáticas.
Una de las visitas más recordadas fue la del príncipe de Gales, que se hospedó en una de sus habitaciones en 1925 y, según los historiadores, habría quedado encantado con el confort y grandiosidad del edificio.
Sin embargo, esta época de la mansión duró tan solo 19 años. Sucede que en 1939 Daniel Ortiz Basualdo falleció y su esposa decidió vender la residencia al gobierno de Francia.
Acto seguido, la nación europea tomó posesión definitiva sobre la propiedad y en dicho año instaló la sede de la Embajada de Francia en Buenos Aires, que aún funciona en el mismo sitio.
Sin embargo, esto podría haber cambiado en 1970, cuando el proyecto de ensanche de la Avenida 9 de Julio proponía su demolición. Pero, por suerte, este suceso se logró evitar.
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¿Cuáles son las características más destacadas de esta mansión?
A pesar de que tiene más de un siglo de historia, el Palacio Ortiz Basualdo resalta por su excelente estado de conservación. Es decir, luce un aspecto muy similar al que tenía tras su inauguración, en 1920.
Y, aunque las instalaciones sufrieron pequeñas modificaciones para incorporar oficinas y puntos de reunión en sus salas, aún perduran los detalles que el arquitecto francés logró plasmar. Es por eso que, en la actualidad, el Palacio Ortiz Basualdo todavía luce:
- Una fachada revestida en símil piedra de París, con almohadillado simulado y ornamentación premoldeada.
- Dos jardines.
- Una distribución de cuatro niveles que se conocen como: basamento, planta noble, planta de habitaciones particulares y mansarda.
- Una biblioteca, con acceso directo a uno de los jardines, que tiene un estilo gótico tardío inglés.
- Una chimenea de mármol que tiene motivos del primer Renacimiento.
- Un Salón de Baile.
- Una Sala de Música.