Al norte de la localidad de Punta Lara, en el partido bonaerense de Ensenada, hay una enorme mansión abandonada que es conocida como “Palacio Piria” y se mantiene en pie desde hace 113 años.
La vivienda, que durante décadas resaltó como una de las más lujosas de la zona y recibió la visita de múltiples familias adineradas, cumplió diferentes roles durante el último siglo.
Sin embargo, a partir de 1995 ingresó en un periodo crítico, ya que sufrió vandalismo, no recibió ningún tipo de restauración y gran parte de su estructura colapsó.
¿Cuál es la historia del Palacio Piria?
Durante las últimas décadas del siglo XIX, Luis Castells compró la estancia Punta Lara que, en aquella época, cubría una superficie de 4.887 hectáreas y se extendía desde el Parque Pereyra hasta el límite con el Río de la Plata.
En 1890 Castells anunció sus planes para construir un enorme palacio en el lugar, pero falleció en 1897 y no pudo avanzar con el proyecto. Sin embargo, su hijo, Luis Castells Uriburu, cumplió el sueño de su padre y diseñó una mansión única en la región, que se inauguró el 25 de mayo de 1910.
A pesar de que Castells Uriburu completó la obra y fue el propietario durante más de una década, entró en bancarrota y las instalaciones quedaron en manos de la Caja de Crédito Hipotecario.
Finalmente, la mansión se convirtió, a mediados de 1925, en propiedad del empresario uruguayo Francisco Piria (por el cual le colocan el nombre que perduró hasta la actualidad), quien recientemente había fundado el balneario de Piriápolis en su país natal.
¿Qué ocurrió con el Palacio Piria tras el fallecimiento de Francisco Piria?
Una vez que Francisco Piria se convirtió en el único dueño de la propiedad, intentó crear un balneario en la zona. Es por eso que modernizó las instalaciones de la mansión y hasta logró conectarla con La Plata mediante una línea del ferrocarril.
Sin embargo, su proyecto nunca se concretó, Piria abandonó el lugar en 1930, regresó a Uruguay y falleció tres años más tarde.
A partir de este momento, el Palacio Piria nunca más sirvió como una vivienda e ingresó en un periodo de múltiples cambios que se extendió durante más de nueve décadas.
Sucede que, desde 1930 hasta el 2023, la propiedad se utilizó para diversos fines, que se describen a continuación:
- En 1947 la familia de Piria donó la mansión al Gobierno Provincial, con la intención de que los gobernadores la utilizaran como residencia. Pero esto nunca ocurrió.
- En 1950 funcionó como el Instituto de Minoridad de la Provincia.
- Entre 1950 y 1970 también albergó una pequeña colonia de vacaciones para niños huérfanos.
- Durante la última década del siglo XX la propiedad fue donada al Municipio de Ensenada.
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¿Cuáles eran las características más lujosas de la mansión?
Antes de analizar en detalle que ocurrió con el Palacio Piria en los últimos 28 años, es importante describir algunas de sus características más lujosas, que ostentó durante más de un siglo.
Es decir, a pesar de que la mansión experimentó múltiples cambios de dueños y sirvió como la base de muchos proyectos, siempre mantuvo su estilo excéntrico, que incluía:
- Una fachada revestida en simil piedra.
- Habitaciones revestidas en madera, tallada por artistas uruguayos.
- Una sala de espejos adornada con espejos biselados.
- Herrajes de bronce trabajados a mano.
- Una doble escalinata de mármol en su entrada principal, que estaba sostenida por un total de 40 columnas.
- Una capilla, que funcionó durante un corto periodo en el piso más alto.
- Amplios jardines decorados con fuentes y estatuas.
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¿Qué sucedió con la propiedad en los últimos 28 años?
De todas las etapas históricas del Palacio Piria, la actual es una de las más complejas, ya que la construcción sufrió una fuerte ola de vandalismo en 1995 y, desde entonces, permanece abandonada.
A pesar de que en 2002 se integró en Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires y también recibió el título de Monumento Histórico, nunca se concretó un trabajo de restauración en el lugar.
Incluso, en 2011 la ONG Casa Española de Mujeres (CEM) mostró su interés por recuperar el Palacio Piria y reunió los fondos requeridos para completar la obra, pero no recibieron la autorización correspondiente.
Y, tras el colapso de su estructura interior y el peligro que esta escena representaba para los curiosos que se acercaban a recorrer las instalaciones, se decidió vallar la mansión, ubicada sobre el Camino Costanero Almirante Brown, entre las calles 26 y 40 de Punta Lara.
