El Parque General San Martín es el más importante de la ciudad de Mendoza. Convertido en ícono de la provincia, forma parte de su patrimonio más preciado. Diseñado por el arquitecto Carlos Thays, combina lo mejor del paisajismo inglés y francés del siglo XIX. Es también uno de los espacios verdes urbanos más extensos del país con 307 hectáreas cultivadas y 17 kilómetros recorridos.
Creado en 1896, su diseño desafía el clima árido característico de la provincia. Este parque posee un verdadero patrimonio forestal con más de 300 especies originarias de América del Norte, Asia, Europa y Australia. Su extensión lo transforma en el parque artificial más grande de América del Sur.
Origen del parque
La iniciativa de crear un parque de estas características fue de Emilio Civit, ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia, con el objetivo de crear un pulmón verde para Mendoza. Originalmente se lo llamó “Parque del oeste” y cambió de nombre recién en 1947. Con el paso de los años se le fueron realizando obras de mejora a este espacio verde con el objetivo de alcanzar el perfeccionamiento estético.
Un lugar extenso y especial
El parque posee emblemas culturales, históricos, sociales, artísticos, y deportivos. Los portones, los Caballos de Marly, la Fuente de los Continentes, el Rosedal, el lago, el estadio mundialista Malvinas Argentinas, el Teatro Griego Frank Romero Day, el Cerro de la Gloria, el ex Zoológico, el edificio de Playas Serranas, el Hogar Escuela Eva Perón, la Universidad Nacional de Cuyo, los clubes y entidades deportivas.
Los portales
Una de las características distintivas del Parque San Martín son los enormes portones que se encuentran a la entrada. Se compraron en 1908 en la ciudad de Glasgow, Escocia, desde donde arribaron primero a Buenos Aires y luego llegaron a Mendoza a bordo del ferrocarril.
El conjunto de los portones está formado por tres hojas cuya estructura es de hierro forjado y de hierro fundido. Cada hoja pesa aproximadamente tres toneladas. En un comienzo, fueron cinco las hojas que había a la entrada, porque existían dos más pequeñas que funcionaban como entrada peatonal y que habían sido fabricadas en Mendoza. Permanecieron hasta 1940, año en que se retiraron.
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