Aunque muchos turistas lo desconocen, a menos de 500 metros del Monumento Histórico Nacional a la Bandera, se encuentra la galería más antigua de Rosario. Su nombre es Pasaje Pan.
Esta construcción, que permanece en pie desde 1899, es angosta y alcanza una longitud de 100 metros. Pero en su interior hay numerosos locales, dignos de conocer en un paseo por la ciudad.
Y, aunque Rosario se modernizó en gran medida, el Pasaje Pan conserva un aspecto similar al que tenía en el cierre del siglo XIX. Por lo tanto, caminar por su interior es toda una aventura.
¿Cuál es la historia de la galería más antigua de Rosario?
En el pasado, el terreno donde hoy está la galería más antigua de Rosario tuvo una vivienda señorial, que luego dio paso a un almacén de ramos generales mayorista, cuyo propietario fue el español Andrés Pan.
Luego de las etapas mencionadas, llegó el momento de diseñar el Pasaje Pan, que se nombró en homenaje al antiguo dueño. Y, tras las amplias obras, el espacio se inauguró en 1899.
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Ahora bien. En ese momento, la galería más antigua de Rosario tenía un solo punto de acceso, que aún se conserva sobre la calle Santa Fe. Recién en 1914 incorporó el otro ingreso por la calle Córdoba.
¿Qué récords logró la galería más antigua de Rosario?
Está claro que el Pasaje Pan es relevante para la ciudad donde se encuentra porque tiene el título a la galería más antigua de Rosario. Pero, al mismo tiempo, este lugar logró otros récords relevantes al convertirse en:
- La primera construcción, con viviendas en su interior, que alcanzó tres pisos en la ciudad.
- La primera galería cubierta de Argentina.
- El tercer edificio de Rosario en contar con un ascensor, que aún funciona gracias a la fuerza de su motor que, curiosamente, está instalado en planta baja.
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¿Qué hay en el interior del Pasaje Pan?
Al recorrer los 100 metros de longitud de la galería más antigua de Rosario, los transeúntes pueden hacer un viaje al pasado. Sucede que allí, casi todos los espacios diseñados en el siglo XIX se mantienen intactos.
El Pasaje Pan es angosto, pero está repleto de curiosidades. En su interior es posible encontrar desde talleres artísticos hasta pequeños comercios, donde es posible tomar un café y contemplar la arquitectura del lugar.
Al mismo tiempo, también es relevante mencionar que la construcción conserva algunas oficinas y un par de viviendas, que se agrupan en el tercer piso.
