¿Por qué nos pintamos las uñas?

La tradición surgió en el Antiguo Egipto, donde las mujeres nobles se pintaban las uñas con henna. En aquel entonces, usaban el color rojo porque simbolizaba riqueza y estatus.

En el año 300 a.C en China también se implementó esta técnica pero, para dar tonalidad, se usaba una mezcla de huevo, gelatina y cera de abeja. El significado era el mismo aunque, en esta cultura, elegían los colores metalizados.

Con el paso del tiempo pintarse las uñas se convirtió, en muchas partes del mundo, en un método de belleza que busca estilizar las manos y mostrar prolijidad. En 1911, nació la primera marca que desarrolló una fórmula líquida de larga duración para llevar a cabo el esmaltado. Este producto incluía, además, pincel y un objeto para cortar las cutículas.

Ya en 1920 surgió la manicura como un oficio porque, en ese momento, no solo era importante pintar las uñas sino también cuidarlas y cortarlas. 30 años más tarde, se crearon las uñas acrílicas que, en la actualidad, son muy utilizadas.

En 1970, las películas de Hollywood impulsaron el boom de los esmaltes y de distintas técnicas como "la francesita" que consiste en utilizar un color transparente de base y delinear la punta de la uña con un color blanco. De ahí en adelante, surgieron distintas empresas que crearon esmaltes con sabor y hasta olor. La gama de colores también se expandió y hoy, la oferta es sumamente amplia.