No tanta gente lo sabe, pero la ciudad capital de la provincia de Chaco es un sinónimo de identidad cultural. Si uno recorre sus calles, es imposible no identificar las esculturas que adornan sus calles: Resistencia es un museo de arte al aire libre.
Aproximadamente 600 esculturas se encuentran emplazadas en las calles de Resistencia. Próximas a los transeúntes, pero a nadie se les ocurre hacerles daño: son un símbolo respetado por todos los ciudadanos. ¿A qué se deben estas esculturas? ¿De dónde provienen?
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Por qué se le llama "la ciudad de las esculturas"
El origen de dicho apodo se remonta a la década de 1980. Algunos hombres del arte, entre ellos Fabriciano Gómez (quien luego fue el presidente de la Fundación Urunday) decidieron reunirse y transformar la plaza 25 de Mayo de Resistencia en una exhibición al aire libre de esculturas, por el período de una semana. Este evento fue tan bien logrado y recibido por la gente del lugar, que al pasar los años el proyecto creció y se convirtió en la Bienal Internacional de Esculturas del Chaco.
En el marco de los festejos por el 144 aniversario de Resistencia, el intendente de la ciudad Gustavo Martínez expresó al respecto: "Resistencia es la ciudad de las esculturas porque en 1988, en la Plaza 25 de Mayo, se realizaba la primera Bienal".
"Tres décadas después ese suceso se constituyó como uno de los eventos identitarios mas fuertes que tiene la capital chaqueña ante la humanidad", añadió Martínez.
De qué trata la Bienal Internacional de Esculturas
Cada dos años, la capital chaqueña se convierte en la sede de uno de los eventos culturales más grandes del país. Diversos artistas de todas partes del mundo, previamente convocados, se reúnen para competir por la mejor obra en el Museo de las Esculturas Urbanas del Mundo (MusEUM). Este espacio se ubica junto al Parque 2 de Febrero y la costanera de Resistencia.
A lo largo de su semana de duración, en la Bienal los artistas trabajan en sus obras inéditas en un espacio abierto, frente a los espectadores. Estas obras se realizan en distintos materiales no perecederos, y en cada edición se elige un material específico sobre el cual deben trabajar. Lo interesante es que quienes asisten pueden conversar con dichos artistas, aprender de sus conocimientos y luego dan un voto a su preferido para ganar el concurso.
Al finalizar la semana, se entregan los premios a los ganadores, y los trabajos finales son integrados al espacio público de la ciudad de Resistencia: adornan veredas, parques y plazas de la ciudad.