Robin Hood es un arquetipo de héroe y forajido del folclore inglés medieval. Se estima que el personaje está inspirado en la figura de Ghino di Tacco (ladrón histórico italiano cuya fama lo llevó a ser mencionado en la “Divina comedia” de Dante Alighieri y el “Decamerón” de Giovanni Boccaccio). Se trata de un hombre llamado Robin Longstride o Robin de Locksley, quien al parecer tenía un gran corazón y vivía fuera de la ley, escondido en los bosques de Sherwood y Barnsdale (Inglaterra), cerca de la ciudad de Nottingham.
Algunas versiones indican que Robin Hood era el mejor arquero y defensor de los pobres y oprimidos. Cuenta la leyenda que luchaba contra el alguacil de Nottingham y el príncipe Juan I de Inglaterra —también conocido como Juan sin Tierra—, quienes utilizaban la fuerza pública para acaparar ilegítimamente las riquezas de los nobles que se les oponían.
¿Existió Robin Hood realmente?
Todavía se discute en Inglaterra si existió alguna vez un personaje como Robin Hood. En 1377 apareció por primera vez un libro donde se hablaba de él. Los investigadores han encontrado varias figuras en la historia con características parecidas al personaje de la leyenda, aunque ninguna de ellas reúne todos sus aspectos.
La versión suiza de la leyenda de Robin Hood
En Suiza existe una leyenda parecida a la de Robin Hood: la de Guillermo Tell. Cuenta la leyenda que una vez lo obligaron a salvar la vida de su hijo con una condición: acertarle a una manzana colocada en su cabeza. Tell lo hizo con una ballesta. Sea esta historia verdadera o no, lo cierto es que en varias partes de Suiza hay estatuas de este héroe mítico.
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