“A priori” y “A posteriori” son dos locuciones que provienen del latín y que se utilizan para distinguir dos tipos de conocimiento. En esta nota, Billiken te cuenta cuáles son.
“A priori” y “A posteriori” son dos locuciones que provienen del latín y que se utilizan para distinguir dos tipos de conocimiento.
Un conocimiento “a priori” es aquel que es independiente de la experiencia, mientras que un conocimiento “a posteriori” es aquel que depende de la experiencia. “A priori” quiere decir “previo a” y “A posteriori” significa “posterior a”. Tradicionalmente, el conocimiento “a priori” se ha asociado con el saber universal y necesario, mientras que el conocimiento “a posteriori” se ha asociado con el saber particular y contingente.
El conocimiento de que “no todos los cisnes son blancos”, por ejemplo, es un caso de conocimiento “a posteriori”, ya que se requirió de la observación de cisnes negros para afirmar lo establecido. Los juicios “a posteriori” se verifican recurriendo a la experiencia, por lo tanto, son empíricos, es decir, hacen referencia a hechos.
Por el contrario, el conocimiento acerca de que “ningún soltero es casado” no requiere de ninguna investigación para ser establecido como verdadero, por lo que es un caso de conocimiento “a priori”. La justificación de ese conocimiento no proviene de haber preguntado a cada soltero si está casado, sino de la comprensión del significado de los términos involucrados.
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