En todos los ámbitos circulan mitos y leyendas. Y el de la música no es la excepción. Entre los muchos que existen, hay uno que tiene como protagonista al gran músico Osvaldo Pugliese. Uno de los artistas más reconocidos que revolucionó la interpretación del tango en el piano.
El "maestro" Pugliese, como lo llamaban, se convirtió en un símbolo de buena suerte para los músicos. El mito surgió en momentos previos a un recital de Charly García, cuando se desencadenaron una serie de problemas técnicos. El sonido no funcionaba bien hasta que alguien del equipo hizo una prueba con un disco del tanguero y entonces el problema se solucionó. Desde entonces, la “cábala Pugliese” está siempre presente ante cortes de luz, instrumentos perdidos o artefactos averiados. Incluso, hay quienes pegan una foto del maestro en su camarín.
Osvaldo Pugliese: una vida dedicada a la música
Osvaldo Pugliese ingresó al conservatorio Odeón de la ciudad de Buenos Aires y estudió con grandes maestros como Vicente Scaramuzza y Pedro Rubione.
En la década de 1930 formó su propia orquesta junto con el violinista Elvino Vardaro, y realizaron su primera presentación en el Café Nacional, con la que obtuvieron mucha repercusión. Pero sería en el año 1936 cuando Pugliese daría un paso fundamental en su carrera como músico al fundar el sexteto con el cual tocaría durante 55 años. La orquesta estaba formada, además de Pugliese, por los bandoneonistas Alfredo Calabró, Juan Abelardo Fernández y Marcos Madrigal, los violinistas Rolando Curzel y Juan Pedro Potenza, y el contrabajista Aniceto Rossi. En conjunto el compositor creó más de 150 canciones y además grabó más de 600 piezas de otros músicos y autores.
Recibió innumerables distinciones tanto nacionales como del exterior, entre ellas, la otorgada por el gobierno de Cuba, la medalla “Alejo Carpentier”, la más importante distinción cultural de la Isla; el gobierno francés lo nombró Commandeur de L'Ordre des Arts et Letters y Buenos Aires lo declaró Ciudadano Ilustre. La Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) y la Asociación de Coleccionistas de Tango colocaron una placa en la Av. Corrientes 960, en conmemoración y por sus 50 años de carrera y aporte a la cultura argentina y al tango. En 1990, recibió el título de Académico Honorario de la Academia Nacional del Tango.