En la actualidad, la humanidad tiene dos luchas importantes de cara al futuro que se terminan entrelazando entre sí. Una es la obtención de recursos energéticos, algo que cada vez se vuelve más importante por su escasez, y la otra es la protección del medioambiente. Por eso, hoy una gran parte de la sociedad tiene la vista puesta en obtener estos bienes, pero no a cualquier costo: tratando de cuidar el ecosistema que nos rodea.
En general, las energías que se suelen asociar a la sustentabilidad son la eólica o la solar. Mucha gente, por desinformación o simplemente por creencias urbanas, no tiene en cuenta la energía nuclear, siendo una gran opción para reducir el uso de combustibles fósiles.
La energía nuclear se obtiene a través de un proceso denominado fisión nuclear, donde el núcleo de un átomo pesado se divide en dos o más núcleos de átomos más ligeros.
Desde la luz de uso doméstico hasta investigaciones médicas, se trata de un tipo de energía fundamental para el desarrollo de las actividades cotidianas. Y hoy, uno de los países que es potencia en materia nuclear es Argentina, que cuenta con tres plantas históricas, como lo son Atucha I y Atucha II, emplazadas en Zárate, y la Central Nuclear Embalse en la ciudad Embalse de la provincia de Córdoba.
Pero frente a un contexto climático que demanda la puesta en práctica de políticas amigables con el ecosistema, se generan muchas dudas sobre cómo responde el medioambiente frente a este tipo de energía. Por eso, Billiken visitó Nucleoeléctrica Argentina S. A. (la empresa que administra las centrales nucleares de nuestro país) para saber cómo son los procesos de cuidado del ambiente, el compromiso que tienen con la sociedad y el impacto positivo que puede tener esta potencia.
La Unión Europea hace poco declaró a la energía nuclear como una energía verde, ya que no emite gases de efecto invernadero, que es la gran problemática que hay hoy con las energías fósiles. Por eso hay que seguir utilizando este tipo de energía, cuidando el medioambiente, y demostrando que la energía nuclear es parte de la solución.
La nula emisión de gases de efecto invernadero la convierten en una fuente de energía que cuida el medio ambiente en un contexto donde el cambio climático y la contaminación abarcan el eje central de la discusión.
Reserva Causachi en Embalse y la huerta orgánica en Atucha, dos casos de éxito
Las centrales nucleares de Argentina, pensando en el aspecto ambiental, tomaron la decisión de implementar una reserva en Embalse, donde habitan burros, ovejas, cabras, llamas, gallinas, caballos y conejos, en un predio verde de seis hectáreas, y en Atucha instalaron una huerta orgánica, sumándose a la política de sostenibilidad que distingue a la energía nuclear en el mundo.
La generación de energía nuclear en Argentina, en sus 50 años de tradición de operación segura, ha resultado un beneficio para el país tanto por el aporte eléctrico, como por el desarrollo de proveedores y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Todo esto forma una amalgama que convierte a la energía nuclear en un actor de gran importancia para el futuro energético del país y del mundo.