En muchos países del mundo, especialmente en el hemisferio norte, cenar a las 18 o 19 horas es lo más común. Sin embargo, en Argentina esta rutina suena casi imposible: muchas familias recién se sientan a la mesa a las 21 o incluso más tarde. Esta diferencia cultural, que sorprende a turistas y extranjeros, tiene raíces históricas, sociales y climáticas que explican por qué las costumbres argentinas están tan marcadas por el horario nocturno.
El origen de una tradición que se mantiene
La costumbre de cenar tarde en Argentina está ligada a distintos factores. Uno de los principales es el horario laboral y escolar. En gran parte del país, la jornada laboral se extiende hasta las 18 o más, y muchas personas regresan a sus casas cerca de las 20. Antes de cenar, se toma un descanso o se comparte la merienda, lo que retrasa naturalmente la última comida del día.
Además, el clima también influye: en verano, las temperaturas más altas hacen que las actividades se extiendan hasta después del atardecer. Y hay un componente social muy fuerte: en Argentina, la cena no es solo un momento para alimentarse, sino un ritual familiar o de encuentro con amigos. Reunirse tarde permite que todos puedan compartir ese momento sin apuro.
Costumbres argentinas vs. hábitos internacionales
En países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, el almuerzo suele ser ligero y la cena, temprana y abundante. Esto responde a un ritmo de vida distinto, con horarios laborales que terminan antes y con menor peso del encuentro social durante la cena.
En cambio, en Argentina y otros países del sur de Europa o América Latina, la siesta, las comidas más largas y el peso cultural de la sobremesa influyen en que el horario se desplace. Además, el clásico “mate de la tarde” o una merienda con facturas cumplen el rol de “puente” entre el almuerzo y la cena.
Ventajas y desventajas de cada costumbre
Cenar temprano tiene beneficios claros para la salud: favorece la digestión, mejora el descanso nocturno y permite respetar los ritmos circadianos. En cambio, hacerlo tarde puede complicar el sueño o provocar molestias digestivas si se come en exceso.
Sin embargo, las costumbres argentinas también tienen sus puntos positivos. Cenar más tarde fomenta el encuentro social, permite disfrutar sin apuro y se adapta mejor a los horarios extendidos de trabajo y estudio. Además, muchas veces se opta por comidas más livianas, lo que reduce el impacto negativo de cenar a altas horas.
Algunas curiosidades sobre los horarios en el mundo
- En Estados Unidos, la cena suele servirse entre las 17:30 y 19:00.
- En España, país con costumbres similares a las argentinas, muchas personas cenan a las 21:30 o más tarde.
- En Alemania, la comida principal del día suele ser el almuerzo, y la cena es más ligera y temprana, entre 18:00 y 19:00.
En definitiva, el horario de la cena dice mucho más de un país de lo que parece: refleja su historia, su clima, su estilo de vida y su forma de relacionarse. En Argentina, la costumbre de cenar tarde no es solo una cuestión de reloj, sino parte de la identidad cultural que une a las personas alrededor de la mesa.
