Cada 7 de noviembre se celebra en Argentina el Día del Canillita, una fecha que rinde homenaje a quienes durante décadas repartieron diarios y revistas por todo el país.
La jornada recuerda al periodista y dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, autor de la obra teatral Canillita, que inmortalizó a los vendedores de diarios en el imaginario popular.
El término "canillita" nació a fines del siglo XIX y representaba a aquellos niños repartidores cuyo trabajo hacía que las noticias llegaran cada día a millones de personas, cuando estaban lejos de existir los medios digitales y las redes sociales.
Tres datos curiosos sobre el Día del Canillita
- El primer sindicato de canillitas de la Argentina se fundó en 1942.
- En muchos pueblos del interior, los canillitas no solo vendían diarios: también repartían cartas, boletines y mensajes.
- El 7 de noviembre, por tradición, los canillitas no trabajan: es su día de descanso y celebración.
El origen del Día del Canillita
El Día del Canillita comenzó a celebrarse en 1947, cuando los sindicatos de trabajadores de prensa decidieron homenajear la figura de Florencio Sánchez. El autor uruguayo había fallecido el 7 de noviembre de 1910, y su obra Canillita, estrenada en 1904, retrataba la vida de un niño huérfano que se ganaba la vida vendiendo diarios en la calle.
Pero mucho antes de esa fecha, el oficio de canillita ya era parte del paisaje urbano. A fines del siglo XIX, los dueños del diario La República en Buenos Aires impulsaron una nueva forma de distribución: jóvenes que se paraban en las esquinas y ofrecían los ejemplares en voz alta, acercando las noticias a los lectores de forma más rápida y directa.
Se habían inspirado en los newsboys ("niños de las noticias") de la Ciudad de Nueva York, que cumplían el mismo rol. Desde entonces, cada 7 de noviembre, los vendedores y repartidores de diarios y revistas de todo el país se toman el día libre como reconocimiento a su labor.
¿De dónde viene la palabra "canillita"?
El término canillita tiene un origen curioso. Proviene del lunfardo, aquel lenguaje corriente que se formó en los márgenes de Buenos Aires debido a la combinación de idiomas como el castellano, el gallego, el italiano y tantos otros que migraron con los europeos al Río de la Plata.
En el lunfardo, "canilla" se usa para referirse a las piernas flacas. Según algunos investigadores, la palabra deriva del latín canella, diminutivo de canna, que significa caña o tubo.
Por eso, en la obra de Florencio Sánchez, el protagonista —un niño de origen humilde— recibía ese apodo por usar un pantalón corto que dejaba ver sus piernas delgadas, o "canillas". Con el tiempo, el término se extendió en diminutivo para nombrar a todos los chicos que vendían diarios en las calles.
Florencio Sánchez: el periodista que inspiró una efeméride
Florencio Sánchez nació en Montevideo en 1875 y desarrolló gran parte de su carrera profesional en Argentina. Fue periodista en La República y, al mismo tiempo, escribió obras de teatro que lo convirtieron en una de las figuras más destacadas de la dramaturgia rioplatense.
Entre sus piezas más conocidas se encuentran Canillita y M’hijo el dotor, ambas con una fuerte mirada social. A través de sus textos, Sánchez retrató con sensibilidad la vida de las clases populares y los cambios culturales de su tiempo.
Su vida fue breve: murió a los 35 años en Italia. Pero su legado perduró en la literatura, el periodismo y en esta efeméride que celebra a miles de trabajadores argentinos.
