La historia de la ciudad de La Plata guarda muchos momentos curiosos. Nació como una ciudad perfectamente planificada en 1882, por impulso del gobernador bonaerense Dardo Rocha, y setenta años después cambió su nombre a Eva Perón.
La nueva denominación duró tres años: de 1952 a 1955, cuando el golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón restauró su nombre original. En esta nota, te contamos por qué La Plata cambió de nombre y si fue la única jurisdicción argentina que lo hizo.
Un poco de historia: La Plata y un proyecto urbano sin precedentes
En febrero de 1880, la elección de Buenos Aires como capital federal obligó al gobierno provincial a buscar un nuevo asiento administrativo. El gobernador Dardo Rocha impulsó entonces la creación de una ciudad planificada desde cero.
El lugar elegido fue el Municipio de Ensenada, cuya ubicación, puerto y condiciones geográficas cumplían con las necesidades del proyecto. Así nació La Plata, fundada el 19 de noviembre de 1882 con un diseño urbano único que combina diagonales y plazas cada seis cuadras.
El trazado de La Plata llamó la atención en todo el mundo desde sus inicios. Fue la primera en Sudamérica en tener tranvía eléctrico y una de las primeras de la región en contar con iluminación pública. A su vez, se consolidó como un centro cultural y académico, recibiendo estudiantes de todo el país y del exterior.
Cuando La Plata pasó a llamarse Eva Perón
El 26 de julio de 1952, el fallecimiento de Eva Perón generó manifestaciones masivas de afecto y dolor en todo el país. En ese contexto, un proyecto presentado en el Senado bonaerense propuso que La Plata adoptara el nombre "Eva Perón" en homenaje a la Primera Dama.
La iniciativa avanzó rápidamente y se convirtió en ley. Durante tres años, la capital provincial llevó oficialmente su nombre. El proyecto de ley se debía a que Evita, como se la llamaba entre quienes la querían, había construido una relación directa con sectores populares, impulsando políticas de asistencia, ampliación de derechos y participación femenina en la vida pública.
Pero la decisión también generó rechazo. En las calles aparecieron expresiones hostiles que reflejaban la polarización de aquel momento histórico.
La etapa en la que La Plata se llamó Eva Perón terminó abruptamente en 1955, con el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón. Entre las primeras medidas del nuevo gobierno estuvo la restitución del nombre original de la ciudad, capital de la provincia de Buenos Aires, que persiste hasta el día de hoy.
Las provincias que también cambiaron de nombre
Hasta 1950, algunas de las provincias argentinas que conocemos hoy no existían como tales. Conformaban Territorios Nacionales, jurisdicciones a cargo del Gobierno nacional que elegía a sus gobernadores y administraba sus recursos.
Uno de ellos, el primero en crearse, fue el Territorio Nacional del Gran Chaco. Este existió durante 80 años, hasta que en 1951 el Congreso Nacional lo declaró provincia mediante la Ley 14.037. Al año siguiente lo renombró como Provincia Presidente Perón.
Ese mismo año, en 1952, algo similar ocurrió con La Pampa, que se había convertido en provincia junto al Chaco. Luego de la muerte de Eva Perón el 26 de julio, la provincia pasó a tener su nombre.
Tanto la ex provincia del Chaco como La Pampa permanecieron con su nuevo nombre hasta 1955, cuando el golpe de Estado a Perón restituyó sus nombres originales, lo mismo que pasó con la ciudad de La Plata.