Cada primavera, muchas personas sufren síntomas como estornudos, picazón en la nariz y ojos llorosos. Uno de los principales responsables es el árbol de plátano, también llamado plátano hispánico (Platanus hispanica), muy común en parques, plazas y avenidas de diversas ciudades argentinas.
La pregunta que surge enseguida es: ¿por qué hay tantos árboles de plátano en Argentina si son una de las causas principales de la alergia? Te contamos en esta nota.
¿Por qué hay tantos árboles de plátano en Argentina?
El árbol de plátano se destaca por ofrecer varias ventajas que lo vuelven casi indispensable en la planificación de espacios verdes urbanos:
- Su crecimiento rápido y porte grande brinda sombra abundante, ideal para peatones y vehículos.
- Resiste bien la contaminación, los cambios de temperatura y suelos secos o degradados, adaptándose perfectamente al entorno urbano.
- Su apariencia decorativa también influye en su elección: sus hojas grandes y palmáceas y su tamaño imponente lo convierten en un árbol ornamental que embellece calles y plazas.
Estas características explican por qué, a pesar de los problemas alérgicos que puede generar, los municipios continúan plantándolo en muchas zonas urbanas.
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Cómo el árbol de plátano provoca alergia
El árbol de plátano tiene varios factores que lo hacen un alergeno importante para personas sensibles. Uno de los principales es su polen, que se produce en cantidades enormes: un solo árbol puede liberar hasta 143.000 millones de granos, los cuales se dispersan con facilidad gracias al viento.
La polinización ocurre principalmente a fines de marzo y abril, en un período breve pero intenso. Además del polen, otros agentes irritantes contribuyen a las alergias, como los finos pelos de las hojas (tricomas) y las fibras de los frutos secos, que se esparcen por el aire y provocan molestias respiratorias y cutáneas.
Quienes son sensibles al árbol de plátano pueden experimentar distintas molestias. Entre las más frecuentes se destacan:
- Rinitis alérgica: estornudos, congestión nasal y moqueo líquido.
- Conjuntivitis: ojos rojos, picazón y lagrimeo.
- Irritación en garganta, paladar y oídos.
- Tos o empeoramiento de asma en casos más graves.
Para convivir con estos árboles sin sufrir demasiado, se recomiendan algunas estrategias: evitar salir durante los días de mayor dispersión del polen, mantener ventanas cerradas y usar filtros en sistemas de aire acondicionado. También es útil lavarse al volver de la calle y, en casos severos, seguir las indicaciones de un alergólogo.
Imagen de portada: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
