La Línea A integra la red de transporte y de subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se inauguró el 1° de diciembre de 1913. Fue la primera en toda América Latina. Mide 9,7 kilómetros de largo y va desde Plaza de Mayo hasta Flores. El recorrido se extiende por debajo de Avenida de Mayo y parte de la Avenida Rivadavia. 250.000 personas aproximadamente la utilizan para transportarse todos los días.
Sus estaciones esconden algunos misterios que no muchos saben. En esta nota, Billiken te cuenta de qué se trata.
La estación secreta de la Línea A
El Pasaje Roverano, es un edificio y galería comercial en la Avenida de Mayo 560. Es el único edificio de la Ciudad que tiene acceso directo al subte mediante sus ascensores.
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En 1915, sus habitantes recibieron la autorización para abrir una comunicación entre el edificio y la estación Perú del subte A. Desde cualquiera de los dos ascensores se accede a la estación que hay en cada uno de los ocho pisos y desde la planta baja.
Sus estaciones fantasmas
¿Alguna vez notaron que al tomarse el subte A no siempre se pasa por las mismas estaciones? Si se sale de San Pedrito, el pasajero pasará por Pasco, mientras que si se sale desde Plaza de Mayo, visitará Alberti. Originalmente, la idea era que pudieran bajarse en las ambas estaciones de los dos lados, sin embargo dos de ellas debieron clausurarse debido a la proximidad entre las estaciones: 4 estaciones en tan sólo 600 metros. Hoy, las estaciones no pueden ser visitadas aunque se trabaja en la reapertura de Pasco Sur. El proyecto señala que será restaurada y mantendrá la arquitectura original, con el objetivo de conservar el patrimonio histórico de la Ciudad.
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Algunas leyendas urbanas cuentan que las estaciones están embrujadas y que de noche pueden verse fantasmas de antiguos trabajadores y pasajeros.
