Los palmitos —también conocidos como chontas, corazones o jabatos— son un producto alimenticio sumamente común en Argentina y Sudamérica. Su formato más común de distribución es la lata y suele consumirse especialmente durante las fiestas: los vemos lucirse en arrollados, ensaladas y platos principales.
Lo que resulta un misterio para muchos es su origen y cómo clasificarlos. ¿Es una verdura? ¿O una fruta? Y ¿de dónde salen? ¿Es verdad que vienen de las palmeras?
¿De dónde salen los palmitos?
El palmito es lo que obtenemos cuando extraemos el cogollo tierno de ciertas especies de palmeras, es decir, el punto de crecimiento de la planta, donde se desarrollan las hojas nuevas y jóvenes. El palmito sale de la parte terminal de la palmera, donde se encuentran las hojas verdes. Para cosecharlo, se elimina la corteza y las capas fibrosas y duras del interior del cogollo.
El palmito es originario de Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Argentina. En nuestro país, podemos encontrar plantaciones de esta verdura especialmente en la provincia de Misiones. Tiene sentido, ya que las palmeras que producen palmitos crecen en regiones tropicales.
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Por cierto, ¡sí! el palmito es una verdura, no un carbohidrato ni una fruta. La mayoría de la gente no come palmitos frescos. Incluso en los países donde se cultiva, suelen hervirse y procesarse antes de consumirse porque pierden frescura rápidamente. Es por ello que palmito se exporta la mayoría de las veces internacionalmente en forma de encurtido, y se presenta en frascos o latas.
¿Su producción y cosecha es sustentable?
Los palmitos no son sustentables. Recordemos que "sustentable" es un término usado para describir algo que puede hacerse a largo plazo sin agotar los recursos naturales o causar daños significativos al medio ambiente.
La producción de palmitos no es sustentable; por el contrario, impacta negativamente en el ecosistema debido a su estrecha relación con la deforestación de bosques y selvas nativas. El nivel de tala de árboles que se requiere es altísimo y demasiado numeroso respecto a la cantidad de palmitos que se puede obtener como resultado. La realidad está en los números: la producción de medio kilogramo de palmito requiere la tala de una palmera adulta.