Las especies invasoras llegan a nuevos ecosistemas y compiten con las locales por los recursos. Muchas veces, los seres humanos introducen nuevos animales con alguna intención en particular, como combatir insectos, para producir algún tipo de alimento, o incluso como mascotas, y se convierten en plagas.

Los especialistas señalan que en todo lugar donde haya seres humanos, habrá especies invasoras. Ellas juegan el papel principal en las extinciones de familias recientes de animales.

Hay plagas que no pueden contenerse y que parecen haber acompañado toda la historia de la humanidad, entre ellas, las ratas y las cucarachas.

Las especies invasoras no llegan a lugares remotos

Aquellos lugares de difícil acceso para las personas y otros seres vivos han logrado permanecer libres de plagas. Algunos ejemplos son las aguas termales de Islandia o Yellowstone, donde las bacterias que se encuentran allí, no corren riesgos de este tipo.

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Otro lugar que no posee especies invasoras es el desierto de Arabia: debido a sus altas temperaturas, no muchos animales lo encuentran un sitio apto para la vida, ya que no hay gran disponibilidad de agua o alimento.

Muchos ecosistemas marinos también están libres de especies "extranjeras", ya que son zonas de difícil o imposible acceso para las personas y también para otros seres vivos, debido a su profundidad y temperatura. Entre los lugares que cumplen con esta característica están el Polo Norte y el Polo Sur.

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Esto podría cambiar debido al cambio climático, que ocasiona el desplazamiento de los animales en busca de comida y de un clima más apto para su supervivencia, pero además hace que lugares que antes eran poco amigables para algunas especies, se transformen en un hogar posible.

¿Es posible revertir una invasión?

Nueva Zelanda realizó un arduo trabajo y lograron equilibrar sus ecosistemas entre especies propias y foráneas, dejando afuera a algunos de sus históricos invasores como:

• Ratas,
• Comadrejas,
• Ratones,
• Cabras,
• Cerdos,
• Zarigüeyas australianas.