Una de las principales consecuencias del cambio climático en nuestro planeta Tierra es el deshielo por permafrost. Este último es un tipo de suelo muy particular, que lleva congelado miles de años en el hemisferio norte y en algunas zonas del hemisferio sur.
Precisamente por permanecer en este estado durante tanto tiempo, las consecuencias de su deshielo para la flora y fauna pueden ser alarmantes. El permafrost lleva miles de años acumulando dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, que de liberarse serían el doble de lo que tiene actualmente la atmósfera.
¿Cuándo se formó el permafrost?
Aunque puede llegar a creerse que el permafrost es un suelo plenamente blanco, en realidad está compuesto de varios elementos:
- Tierra.
- Rocas.
- Sedimentos y arena.
- Restos orgánicos.
- Hielo, que los reúne a todos actuando como cemento.
En su superficie, los terrenos permafrost tienen una capa activa que se congela en inverno y derrite en verano. Lo más común es que estos suelos no se encuentren directamente en la superficie terrestre, aunque hay algunos que están a la intemperie.
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Se estima que la mayor parte de permafrost se formó durante la Edad de Hielo, entre 110.000 y 10.000 años atrás. Por ello, pueden llegar a medir algunos centímetros como cientos de metros.
¿Por qué es peligroso el deshielo de este suelo congelado?
Como mencionamos, es un tipo de suelo que lleva milenios congelado, y que en ese tiempo fue incorporando microorganismos y absorbiendo gases que en cantidades extremas son dañinos para el ser humano, la naturaleza y el planeta en general. Así, las principales consecuencias son:
- La aparición de enfermedades a partir de microorganismos milenarios, mortales para el ser humano.
- La liberación de gases de efecto invernadero, que acelerarían el calentamiento global.
- Daños en los ecosistemas, su flora y su fauna.
- Desaparición de distintos territorios, sobre todo de ciudades asentadas sobre permafrost.
¿En qué países está la mayor parte de permafrost del planeta?
En el hemisferio norte, este suelo está en los países de Asia y América que se ubican más cerca del Círculo Polar Ártico: Canadá, Rusia y Groenlandia, que pertenece a Dinamarca. Sin embargo, a la lista se suman algunas naciones del norte de Europa.
En el hemisferio sur, el permafrost puede encontrarse en puntos altos de montañas o cadenas montañosas, como la Cordillera de los Andes en Sudamérica o los Alpes del Sur en Oceanía.