Se tarda una media de 18 meses a dos años en producir frutos comestibles a partir de semillas, plántulas o la corona de una piña. Sin embargo, el tiempo de espera requerido para cosechar finalmente la piña puede estirarse hasta tres años.
Una vez plantada una corona enraizada, empieza a crecer en dos o tres semanas en cualquier lugar. Empezar es la parte fácil. Esperar a que tu planta haga algo más que crecer requiere un compromiso a largo plazo.
¿Cuánto tarda una piña en crecer?
Una planta de piña suele tardar entre 18 y 24 meses en producir frutos después de la siembra. El tiempo puede variar según factores como la variedad de piña, las condiciones de crecimiento y el clima, pero una cosa no cambia: es una tarea que requiere mucho aguante.
Independientemente de la técnica que elegida, se necesita mucha paciencia para plantar piña porque ningún método es infalible. Cuando se parte de una semilla, puede formarse una piña varios años después de que brote la semilla.
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Sin embargo, no es común reproducir piñas a partir de semillas. Las plantas silvestres cultivadas de esta forma son polinizadas por colibríes y murciélagos, pero los frutos resultantes son pequeños, con semillas y de menor calidad. Las semillas también son pequeñas, duras y difíciles de germinar, por lo que los cultivadores empiezan con esquejes, chupones y coronas.
Cuando se planta a partir de una corona o crías, hay que esperar entre 18 meses y tres años para que se desarrolle una piña.
¿Cómo puede ser tan accesible si se tarda más de un año en producir una sola fruta por planta?
Una planta de piña sólo produce una fruta en toda su vida, pero las plantas están muy juntas, y las frutas resultantes son muy grandes, fáciles de cosechar y duraderas y resistentes cuando se envían. Teniendo todo esto en cuenta, se trata de una gran cantidad de fruta que crece a partir de una pequeña superficie de tierra.
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Dependiendo de las condiciones de cultivo, las plantas se plantan con una separación de medio metro aproximadamente, con hasta 165.000 plantas por hectárea. Tras producir un fruto, cada planta muere, pero genera de 2 a 4 hijitos que pueden dejarse para que crezcan y den fruto. Por último, después de la segunda cosecha se labra el campo y el proceso vuelve a empezar.
