El español es un lenguaje que tiene muchas reglas. Una de ellas refiere a los casos en que necesitamos reproducir una palabra o una frase dicha por otra persona o que pertenece a otro registro u otra lengua. Son los momentos en que debemos utilizar las comillas.
La situación se complejiza si las expresiones o palabras especiales aparecen dentro de un discurso citado, es decir, uno que queremos transcribir literalmente. ¿Qué sucede cuando hay que citar un fragmento que a su vez contiene otra cita en cuyo interior aparece alguna de estas voces peculiares? En esos casos entran en juego los tres tipos de comillas del español.
Tres tipos de comillas
En español, se usan tres clases de comillas: las angulares, llamadas también latinas o españolas (« »), las inglesas (“ ”) y las simples (‘ ’).
Las comillas angulares, latinas o españolas (« »). Pese a no ser las más accesibles en los actuales teclados y dispositivos, son las que las academias de la lengua recomiendan en textos impresos.
Las comillas inglesas (“ ”). Lo adecuado es emplearlas en segunda instancia, es decir, cuando se desea entrecomillar un texto o una palabra enmarcados dentro de un texto ya entrecomillado con las angulares.
Las comillas simples (‘ ’). Se emplean en tercera instancia, en palabras o expresiones que se encuentran dentro de una oración que ya posee comillas inglesas.
En los textos impresos, la RAE recomienda usar primero las angulares, reservando las inglesas y las simples, en este orden, para entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado. Por ejemplo: Yo ya se lo había advertido: «Ten cuidado, que se rompe». Al poco rato, se me acerca con una rueda en la mano y carita compungida: «Se me ha "rompido" sin querer». Y le digo, conteniendo la risa: «¿Cómo que “se me ha ‘rompido’ sin querer”?».
Como se ve en el ejemplo, pueden coexistir distintos tipos de comillas en un mismo texto. Pero lo importante es no olvidar cerrar primero las comillas que se abrieron en último lugar. Sin embargo, es poco habitual encontrar en una misma frase tres citas incrustadas. Por eso, las comillas simples se utilizan poco.
¿Cuáles son sus usos?
Entre los usos más frecuentes de las comillas, se destacan los siguientes: marcar citas textuales; señalar el carácter especial de una palabra; delimitar la extensión de un título; marcar la longitud de los nombres de leyes, programas, planes, proyectos, asignaturas, cuando se citan dentro de un texto y son muy largos; y delimitar los títulos de ponencias, discursos, exposiciones, así como de los apodos y alias.
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