1810 fue hace tanto
pero tanto tiempo que…
en vez de sacarse fotos,
se dibujaban retratos.
Para llegar a otro lado a pie, a caballo o en carreta,
se tardaba un largo rato.
Tanto tiempo que…
no existían las zapatillas,
los chicos corrían en zapatos.
Si llovía, no había paraguas,
¡y las calles se llenaban de barro!
No había un kiosco en una esquina
y el alfeñique casero, ¡era la única golosina!
Eran épocas lejanas,
tanto tanto que mi abuelo,
las estudió de un libro de historia
como ahora yo lo leo.
Pero aunque el tiempo pase,
merece una celebración
el camino hacia nuestra independencia,
¡semana de la revolución!
Publicada en La Valijita #163 con texto de Mariana Weschler e ilustraciones de Silvana Benaghi.