Craig Breedlove nació el 23 de marzo de 1937 en Los Ángeles, California (Estados Unidos). Desde joven sintió una atracción irresistible por los motores y la velocidad, lo que lo llevó a trabajar como técnico aeronáutico y, más tarde, a convertirse en uno de los nombres más reconocidos en el mundo de las carreras de velocidad sobre tierra.
Su objetivo era claro: romper récords mundiales y llevar las máquinas más allá de lo que se creía posible. Para ello, apostó por diseños innovadores inspirados en la aerodinámica de los aviones, y así nació su proyecto más ambicioso: el Spirit of America.
Craig Breedlove y el día que rompió todos los límites
El 15 de noviembre de 1965, en las llanuras salinas de Bonneville, Utah, Craig Breedlove alcanzó una marca histórica: 965,6 km/h (600,601 millas por hora), convirtiéndose en el primer ser humano en superar las 600 mph sobre tierra. Lo hizo al volante del Spirit of America – Sonic I, un vehículo de cuatro ruedas propulsado por un motor turborreactor J79, similar al de un avión de combate.
Breedlove no solo rompió el récord de velocidad mundial en esa ocasión, sino que lo había hecho también en 1963 y 1964, cada vez superando sus propias marcas. Entre 1963 y 1965, fue el hombre más rápido del planeta.
Características del Spirit of America – Sonic I
- Motor: turborreactor General Electric J79
- Potencia: alrededor de 15.000 caballos de fuerza
- Ubicación del récord: Bonneville Salt Flats, Utah
- Velocidad máxima registrada: 965,6 km/h
Este vehículo fue un ejemplo de ingeniería extrema, diseñado para minimizar la resistencia al viento y soportar el calor y la fricción generados a altísimas velocidades.
El legado de Craig Breedlove
La carrera de Breedlove no estuvo exenta de riesgos. En varias ocasiones perdió el control de sus vehículos y sufrió accidentes, pero siempre regresó con nuevos diseños y más determinación. Su espíritu competitivo inspiró a otros pilotos y llevó la competencia por el récord de velocidad a una nueva era.
Craig Breedlove falleció el 4 de abril de 2023, a los 86 años. Con su muerte, el mundo del automovilismo perdió a un pionero que no temía desafiar los límites físicos y mecánicos.
Su historia es un recordatorio de que, con determinación, innovación y coraje, es posible ir más allá de lo que dicta la lógica.
