Cada 24 de agosto se conmemora el Día del Peluquero, una jornada que rinde homenaje a una de las profesiones más antiguas y valoradas en la vida cotidiana. Aunque hoy en día se lo asocia con la estética, el estilo y la moda, su origen está muy lejos de los salones modernos y tiene como protagonista a un rey francés del siglo XIII.
La efeméride se celebra de manera internacional, y en muchos países es la oportunidad para destacar la creatividad, la dedicación y el rol social de quienes ejercen este oficio.
El curioso origen del Día del Peluquero

El Día del Peluquero se remonta a la Francia medieval. Según los registros históricos, el rey Luis IX, también conocido como San Luis, reconoció públicamente la labor de su peluquero personal y le otorgó un título nobiliario.
Este gesto, inusual para la época, elevó la profesión a un nuevo estatus social y marcó un precedente. En ese momento, su peluquero pasó de ser un "plebeyo" a ser un "hombre libre", lo que resaltó la importancia de la profesión.
La elección de la fecha no es casual. El 24 de agosto coincide con la festividad de San Luis, día en que se honra al monarca canonizado. Desde entonces, se consolidó la costumbre de homenajear a los peluqueros en esta jornada.
El rol de los peluqueros a lo largo de la historia

A lo largo del tiempo, la figura del peluquero se transformó notablemente. En la antigüedad, no solo cortaban el cabello, sino que también se ocupaban de distintas tareas. Algunas hoy impensadas, como realizar curas médicas menores, y otras más comunes, como puede ser el trabajo en los ejércitos.
Curiosamente, en la Edad Media los peluqueros eran conocidos como barberos-cirujanos, ya que podían realizar pequeñas intervenciones médicas.
¿Y la palabra qué significa? El término proviene del francés perruquier, que se usaba para nombrar a quienes fabricaban y arreglaban pelucas.
