La Escuela Bosque, conocida en inglés como Forest Kindergarten, es un proyecto que promueve la enseñanza al aire libre. Surgió casi como accidente, por iniciativa de una madre de Dinamarca que incentivaba a sus hijos a pasar tiempo más tiempo en contacto con la naturaleza que dentro de su hogar.
En la actualidad, existen miles de escuelas que toman este modelo educativo para enseñar y aprender, que están repartidas por toda Europa. Incluso, el movimiento comenzó a expandirse hacia Asia. ¿Qué es lo novedoso que aporta?
¿Desde cuándo existe la Escuela Bosque?
La iniciativa nació en Dinamarca, en la década de 1950. Ella Flatau era una madre que, junto a sus hijos, pasaba la mayor parte del tiempo al aire libre, y junto a ellos aprendía distintas habilidades y adquiría conocimientos sobre la naturaleza de forma novedosa.
Muchos padres y madres comenzaron a imitarla, y para fines de la década de 1960 la pedagogía comenzó a expandirse a países vecinos. En la actualidad, algunos de los que implementaron ese modelo son:
- Suecia.
- Alemania.
- Escocia.
- España.
- Canadá.
- Estados Unidos.
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Cuando el aula es la misma naturaleza
Para la Escuela Bosque, cualquier escenario natural es perfecto para hacer de aula. Así, tanto una montaña como un monte, un río o la costa se prestan para enseñar y aprender distintas materias, ya que el foco está en desarrollar habilidades cognitivas, creatividad, resiliencia y conciencia ecológica.
De esa forma, el entorno natural sirve como espacio que favorece la curiosidad, la experimentación y el interés por investigar y aprender. Lo central, en todos los casos, es buscar el interés y motivación personal de cada estudiante.
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Por ese motivo, el rol del docente no es uno tradicional: ya no es aquel que tiene "palabra santa", sino que propicia preguntas para que los propios estudiantes reflexionen e investiguen. Incluso lo que para otros podría ser un factor de riesgo en la naturaleza, en la Escuela Bosque es un factor de aprendizaje, autoconocimiento y experimentación.
Redacción: Melina Sutera.