Con el paso de la tormenta de Santa Rosa por el territorio argentino, la mayoría de la población viene de atravesar varios días lluviosos. Calentitos en casa, resguardados del frío, viento y agua, notamos que nos pasa algo peculiar: tenemos más hambre. Sobre todo, tenemos más antojo de ciertas comidas: todo lo grasoso, todo lo calentito ahora se ve mil veces más tentador.
Investigamos este fenómeno y desentrañamos la evidente relación que guarda el clima con nuestros hábitos alimenticios.
¿Por qué tenemos hambre en los días lluviosos?
Comer alimentos candentes y tomar bebidas calientes puede ser muy reconfortante cuando afuera llueve a cántaros. Esto se debe a que, cuando se produce un descenso de la temperatura, es una tendencia natural apetecer alimentos que nos proporcionen calor.
Además, entra en juego un factor básico pero bastante importante. Durante la tormenta, tendemos mucho más a quedarnos dentro de casa. Más tiempo en nuestro hogar equivale a más tiempo cerca de la heladera y la alacena; si está tan a nuestro alcance, ¿por qué no aprovechar?
Pero no es solo eso. Lo que es más importante, la reducción de la luz solar durante la lluvia puede disminuir nuestros niveles de serotonina.
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La serotonina es un neurotransmisor y un supresor del apetito natural. Es una sustancia química del cerebro que puede frenar las ansias de comer y apagar el apetito. Por ello, un descenso repentino del nivel de serotonina durante el cambio de tiempo, cuando llueve, puede hacer que sientas hambre.
Los alimentos grasos contienen triptófano, un aminoácido que el cerebro utiliza para producir serotonina. Así que, para equilibrar la caída de los niveles de serotonina durante los cambios de tiempo, nuestro cerebro quiere alimentos fritos y grasos.
Qué comidas es mejor evitar cuando llueve
Durante días de lluvia la digestión tiende a ralentizarse, por lo que los alimentos picantes y aceitosos resultan especialmente irritantes para la mucosa del estómago. Estos alimentos pueden agravar los problemas digestivos y provocar acidez y ardor de estómago. Para mantener un sistema digestivo sano, lo mejor es evitar este tipo de comidas durante días lluviosos.
Los mariscos y crustáceos son otra categoría que es mejor esquivar. Esto es porque son perecederos y propensos a la contaminación sobre todo durante la estación lluviosa.
El clima cálido y húmedo puede acelerar la proliferación de bacterias y provocar intoxicaciones alimentarias.