En el Río de la Plata el lunfardo está presente en muchas palabras que usamos a diario. Una de ellas es “cafúa”, un término que no se escucha con tanta frecuencia como otros, pero que tiene una historia tan bastante curiosa.
En su uso más común, “cafúa” es sinónimo de cárcel, prisión o calabozo, y aparece en letras de tango, relatos y memorias de época. Según el Diccionario de Americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, se trata de una voz coloquial usada en Argentina y Uruguay para referirse a lugares de detención, especialmente de reducido tamaño.
¿Cuál es el origen de "cafúa"?

El origen del término no está en el Río de la Plata. Para encontrarlo hay que navegar miles de kilómetros por el océano Atlántico hasta llegar a España. Más precisamente, a Galicia, de donde se cree proviene el término.
En gallego, “cafúa” designaba una choza o construcción hecha de barro y paja. A su vez deriva del portugués “cafúa”, usado para referirse a una cueva, caverna, antro o lugar aislado.
En lo que hace a España, se cree que pudo haber existido un lugar con ese nombre en el oeste del municipio de Lugo. Luego, cuando españoles de aquella zona migraron al Río de la Plata, trajeron consigo los términos que usaban a diario, dando origen al famoso lunfardo.
¿Qué es el lunfardo?

En la Argentina de fines del siglo XIX y comienzos del XX, en los márgenes de Buenos Aires, se formó un lenguaje corriente debido a la combinación de idiomas: castellano, gallego, italiano y tantos otros que migraron con los europeos.
Circulaba en los conventillos y barrios populares de Buenos Aires, y con el tiempo se expandió a todos los sectores de la sociedad. A dicho lenguaje debemos cientos de palabras que escuchamos y repetimos todos los días, como:
- Pibe,
- Bondi,
- Macana,
- Chabón,
- Guita,
- Trucho.
