Las ruedas del tren no tienen la forma que todos esperarían, ya que no son redondas o cilíndricas, sino cónicas. Existen varios motivos que explican el por qué. Las que están a un lado y a otro de este medio de transporte giran formando el mismo ángulo porque están unidas por un eje y no por un diferencial, como por ejemplo, las ruedas de un auto.
¿Cómo funcionan las ruedas del tren?
Que sean cónicas tiene dos tareas. Una de ellas es corregir el curso del tren hacia el centro, es decir que el ferrocarril logre moverse perfectamente recto. El ángulo de las ruedas cónicas se asegura de que nunca se salgan de las vías. Se genera una fuerza de auto-centrado. Mientras el transporte va en línea recta, las fuerzas que actúan sobre las ruedas son la gravedad y la fuerza de reacción, perpendiculares a la superficie del cono. En caso de que las ruedas se desplazaran hacia la derecha o la izquierda, la suma de esas fuerzas harían que vuelvan a posicionarse en el centro.
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La otra es ayudar al tren a lograr su acción diferencial. Esto es importante para el momento en el que el tren debe tomar una curva, porque una de las ruedas debería recorrer más distancia que la otra, pero al estar unidas por un eje común, la forma cónica es lo que lo permite. La diferencia de radios que poseen, hace que esto sea posible, entonces, para un mismo ángulo de giro, una rueda recorrerá más distancia que la otra y eso es lo que termina generando la acción diferencial que permite que no descarrile.
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En los autos, esta acción diferencial se genera porque las ruedas están separadas y eso les permite girar a distinta velocidad.
