Las Islas Feroe, ubicadas en el remoto archipiélago de perdido en medio del Océano Atlántico Norte, albergan un lugar donde el fútbol cobra una forma única: el Estadio Eidi.
Fue construido en 1942 en el pueblo de Eidi, un área perteneciente al Reino de Dinamarca. El Estadio Eidi se destaca por su belleza natural, su singular ubicación, y las peculiares condiciones que enfrentan tanto los jugadores como el público.
El Estadio Eidi: único de su tipo
Este estadio es más que un lugar de juego; es un símbolo de la determinación y pasión de un pueblo aislado. Los partidos que se llevan a cabo sobre su pasto no son solamente eventos deportivos, sino una demostración de la conexión y pasión humana en medio de la naturaleza.
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El Estadio Eidi es conocido sobre todo por su ubicación extrema. Lo rodea el mar noruego y el vasto Océano Atlántico. Lo que sí: ofrece una vista espectacular.
¿Qué desafíos presenta su ubicación?
Al estar ubicado en un archipiélago, la primera dificultad que se presenta a las personas que lo visitan es su restringido acceso: se llega solo por mar.
Los desafíos no terminan ahí. Ya que cuenta con una sola tribuna en un lateral, los hinchas enfrentan vientos fuertes y un clima frío mientras muestran su apoyo a los equipos locales. Además, la capacidad es modesta, si bien es bastante adecuada para los 600 habitantes de Eidi.
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Por último, la dificultad quizás más inesperada de todas: la recuperación de pelotas perdidas durante los juegos. Ya que el terreno de juego es limitado y está rodeado por agua, las pelotas tienden a terminar fuera del campo, flotando en el mar. Una vez finalizado el partido, locales y visitantes se embarcan en lanchas para recuperar las pelotas que andan por ahí.