En los Alpes, la cadena de montañas más extensa de Europa, se esconden más de 4.000 glaciares. Uno de ellos, el Mer de Glace, está en territorio francés. Junto al 80% de los otros glaciares, se estima que podría desaparecer para el año 2100.
Su nombre, traducido al español, es "Mar de Hielo". Nada más exacto considerando que se trata de un enorme glaciar que, además, es el más grande de Francia. Aunque, posiblemente, no lo sea por mucho tiempo más.
¿Cuáles son las dimensiones del Mer de Glace?
El Mer de Glace es un gigante de hielo que se nutre de otros dos glaciares, el Leschaux y el Géant, además de la cascada de Taléfre. Gracias ellos, alcanza:
- 7 kilómetros de largo.
- 200 metros de espesor.
- 40 km² de superficie.
- Una altitud de casi 2.000 m.s.n.m.
Precisamente, se encuentra en la parte francesa del macizo de Mont Blanc, repartido entre Italia y Francia. Desde el valle de Chamonix, a los pies del Mont Blanc, siempre pudo observarse el glaciar. Sin embargo, en los últimos años la pérdida de grosor hizo que la vista desde el valle fuera cada vez más acotada.
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¿Cuántos metros pierde el Mer de Glace por año?
Se estima que el glaciar más grande de Francia podría desaparecer para el 2100 debido a que, en promedio, pierde 6 metros de grosor por año. En los últimos cinco años, sin embargo, superó ese promedio: llegó a disminuir cerca de 40 metros, un aproximado de 8 metros por año.
La causa principal de su disminución es el calentamiento global, que produce el aumento de la temperatura en la Tierra. No es el único glaciar afectado del mundo, pero de los más de 4.000 que hay en los Alpes, podría sumarse a la lista de "extintos" en el 2100.
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¿Quiénes visitaron por primera vez el glaciar "Mar de Hielo"?
Aunque la visita más antigua de la que se tenga registro data del siglo XVIII, la presencia humana en los valles y glaciares es bastante anterior. Se conoce que una dupla de exploradores ingleses visitaron los glaciares del valle de Chamonix, en contra de las creencias populares sobre los gigantes de hielo.
Sin embargo, la época de fama llegó en 1882, cuando se inauguró el Grand Hôtel du Montenvers. Muchos locales se opusieron a su construcción por el futuro impacto que tendría en la naturaleza la llegada de miles de turistas, pero no pudieron evitarlo.
Lo mismo ocurrió a finales del mismo siglo, cuando se diseñó una línea de ferrocarril para llegar a Montenvers. Los habitantes sostenían que se perderían los puestos de trabajo de guías locales, y en menos de veinte años, la línea terminó inaugurándose.
En la actualidad, el tren funciona para aquellos que deseen recorrer a pie luego de descender. Además, hay un teleférico que permite ver el Mer de Glace en altura.