Que exista una ciudad capital sin habitantes parece imposible. Las capitales son los centros administrativos, financieros y gubernamentales de los países, y por lo general son las ciudades más pobladas de cada nación, como en el caso de Ciudad Autónoma de Buenos Aires en Argentina.
Sin embargo, hay una capital que no tiene residentes oficiales. Se trata de Ngerulmud, ubicada en Palaos, un país insular que forma lo que se conoce como Micronesia, en el corazón de Oceanía.
¿Cuál era la capital de Palaos?
Palaos está a 800 kilómetros al este de Filipinas, y se compone de 340 islas. Sin embargo, la población es baja producto de varios motivos, como la escasa tierra para cultivar. Por eso, los palauanos viven principalmente a través del turismo, la pesca de subsistencia y, en parte, la agricultura.
El país, que se independizó de Estados Unidos en 1994, cuenta con una superficie de 458 kilómetros cuadrados, y con 16.700 habitantes. Pero ninguno habita en su capital, a diferencia de San Marino, que está en Europa y cuenta con apenas 61 kilómetros cuadrados de superficie y casi el doble de habitantes (33.000).
Su antigua capital era la ciudad de Koror, que mantuvo el título desde 1994 hasta 2006, cuando cambió el centro gubernamental. Pero para entender por qué no hay habitantes en la nueva capital, es necesario retroceder un poco en el tiempo.
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Palaos estuvo bajo dominio de España, Alemania y Japón, y al finalizar la Segunda Guerra Mundial quedó bajo tutela de Estados Unidos durante 50 años. Al obtener su independencia formal, se volvió urgente la necesidad de encontrar una nueva capital, para conseguir:
- Distinguir a la época colonial de su futuro como nación soberana.
- Descentralizar el poder.
- Fomentar el desarrollo, la economía y la vivienda en otras regiones del país.
Así fue como, desde el año 2000, el gobierno comenzó un debate acerca de dónde ubicar dicha capital. Pronto se eligió una isla, y se pusieron en marcha los planes para su construcción.
¿Por qué nadie vive en la capital de Palaos?
En seis años, y gracias a un millonario préstamo de un país vecino, Palaos logró levantar su nueva capital, Ngerulmud. Hacerlo no fue tarea sencilla, ya que debió invertirse mucho para construir las sedes de los distintos poderes. Por eso, el pequeño centro de gobierno cuenta apenas con:
- El edificio del Poder Ejecutivo.
- El Congreso.
- El edificio del Poder Judicial.
- Una plaza central, en la que se conectan los tres edificios.
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Los tres edificios se construyeron en el pico más alto de la isla de Babeldaob, la más grande del país, que está conectada a la isla donde se encuentra Koror mediante un puente. En los alrededores, no hay casas construidas, ni se cuenta con la infraestructura necesaria para hacerlo (como sistema eléctrico o cloacas).
Además, falta mantenimiento en las rutas que la conectan con el resto del país, y algo similar ocurre con el suministro de agua potable, que presenta fallas.
Aún así, Ngerulmud se inauguró oficialmente el 7 de octubre de 2006, y desde entonces ostente el título de "capital menos poblada del mundo". De hecho, dando un paso más allá, también tiene el título de "única capital del mundo sin habitantes". La mayoría de los funcionarios que trabajan allí viajan todos los días desde y hacia Koror, que está a 30 kilómetros.
¿Cuáles son las principales atracciones del país oceánico?
Cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, en Palaos tuvo lugar un conflicto armado entre Estados Unidos y Japón que dejó un saldo de más de 10.000 muertos. Ese episodio, lamentablemente, fue el que ubicó al país en el mapa mundial para los países más poderosos.
En la actualidad, sin embargo, Palaos es más que nada reconocido por sus paisajes marinos impresionantes. Sus islas son boscosas, de árboles muy antiguos, y están rodeadas de agua cristalina. Una de sus principales atracciones es el Lago de las Medusas, que cuenta con millones de estas criaturas particulares.
También, cuenta con el Parque Nacional de Ngeruktabel, donde se ofrecen caminatas guiadas, y con el lago de agua dulce más grande de la región, el Ngardok. Allí, observar aves desde un bote es una de las actividades más elegidas por turistas.
