"Libro" es una palabra que encuentra su origen en el latín. Viene de "liber" que quiere decir “parte interior de la corteza de los árboles”. Antiguamente, antes de la existencia del papiro, las personas utilizaban la capa más superficial de los árboles y hojas de palma para escribir.
La definición de diccionario actual dice que se trata de un conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. La Unesco suma el detalle de que debe tener más de 49 páginas para estar dentro de esta categoría.
De esta palabra también derivan otras, como:
- Libreto,
- Libelo,
- Librero,
- Librería.
La historia del libro
La corteza de los árboles fue el soporte más utilizado a la hora de escribir hasta antes del siglo IV antes de Cristo (a. C). Otros registros escritos se encontraron en:
- Tablas de arcilla,
- Trozos de marfíl,
- Hueso y piel de animales.
Fueron los egipcios los que crearon el papiro, obtenido de una planta acuática que crecía a las orillas del Nico. Este material que logró expandirse por toda Europa. También se cree que fueron ellos quienes usaron la tinta por primera vez.
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Grecia y Roma también forma parte de la historia del libro: allí se empezó a utilizar el papiro, alrededor del siglo VII a. C, debido a las relaciones comerciales que habían establecido entre las distintas sociedades. A finales del siglo V después de Cristo (d. C). este fue sustituido por el códice de pergamino en el cual se podía escribir por las dos caras.
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Fue en la Edad Media donde la tecnología alcanzó otro nivel: comenzaron a escribirse mayor cantidad de obras, mas que nada relacionadas con el catolicismo. Se crearon monasterios donde se promovía la lectura, la copia y la conservación de manuscritos. Con la llegada de la imprenta de Gutenberg en 1440, este producto se hizo más accesible.
