Tal como lo indican María Cristina Linares y otros autores en “Abecedario escolar. Historia de objetos y prácticas” (2007), los códigos de vestimenta han sido muy importantes en la formación de la escuela pública. El uniforme y los guardapolvos funcionaron como signo de “legibilidad” social. Su uso prometía inclusión social y organización educativa.
A través del aprendizaje sobre la vestimenta apropiada, los alumnos y los maestros incorporaron nociones acerca del poder, los límites del disenso, lo permitido, lo prohibido, el pudor y la transgresión.
El uso del uniforme escolar
En la escuela elemental la adopción del uniforme tuvo que ver con las prácticas de las escuelas religiosas entre los siglos XVI y XVIII. En las escuelas de caridad que surgieron en ese período, destinadas a niños indigentes en sus inicios, se comenzó a usar uniforme para mantener limpios a los estudiantes y distinguirlos de otros niños. Los uniformes eran de color azul y debían tener ciertas características: expresar humildad y aparentar modestia.