Todas aquellas personas que se sienten apasionadas por los trenes y las locomotoras, no solo deberían, de tener la posibilidad, conocer el Ferrocarril de Tajuña en España, sino también viajar en una formación arrastrada por Áliva.
Esta máquina es una locomotora alemana que durante largas décadas se utilizó en un entorno industrial. Luego, quedó en desuso y, por fortuna, recientemente volvió a las vías tras una amplia restauración.
Y, si bien no es la única locomotora a vapor del Ferrocarril de Tajuña, sí es una de las más pintorescas por su tamaño, sus colores y su estilo de rodar sobre los rieles de España.
¿Qué uso se le dio a la locomotora Áliva en el pasado?
La locomotora Áliva se fabricó en Alemania, dentro de las instalaciones de la desaparecida empresa Orenstein & Koppel, y se estrenó a mediados de 1926.
Tras su viaje a España, esta máquina se sumó a la flota de locomotoras de la Real Compañía Asturiana de Minas que, como es de imaginar, tenía amplios recorridos en el país.
Por lo tanto, durante largas décadas, la Áliva completó cientos de viajes en tierras industriales. Mediante registros, se comprobó que realizó su último servicio en Torrelavega, Cantabria.
¿Cuánto mide la locomotora Áliva?
Antes de conocer el paso de la industria minera al turismo de la locomotora Áliva, es importante aprender algunos detalles de su estructura como, por ejemplo, que se fabricó para un ancho de vía estrecha, de 1.000 milímetros. Además, tiene:
- 2 metros de ancho.
- 3,1 metros de alto.
- 6,3 metros de largo.
- Una potencia de 90 CV.
- Un peso de 14 toneladas (cuando está vacía).
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¿Qué recorridos turísticos realiza esta máquina longeva?
Luego de años de abandono, la locomotora Áliva fue adquirida por el Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid, que la sometió a intensos y extensos trabajos de restauración.
Finalmente, la máquina quedó lista y volvió a rodar en el Tren de Arganda, a mediados de 2016, entre la estación de La Poveda y el apeadero de la Laguna del Campillo, en España.
